Innovación

España mejora su posición en innovación pero sigue lejos de los grandes líderes europeos

España avanza en materia de innovación, aunque aún mantiene una considerable distancia respecto a Alemania, Francia e Italia, según el último informe de Fedea

 

España mejora su posición en innovación pero sigue lejos de los grandes líderes europeos
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La innovación es reconocida hoy como un motor esencial del desarrollo económico y social, y el reciente informe publicado por Fedea en marzo de 2025, titulado La innovación, sus características y su fomento. El caso español, ofrece un completo análisis del estado de la innovación en España y su comparación en el contexto europeo.

El documento subraya que, aunque tradicionalmente se ha vinculado la innovación empresarial al conocimiento científico y tecnológico, actualmente se reconoce también el valor de las ciencias socioeconómicas y humanísticas en el desarrollo de nuevos productos y procesos. En este sentido, la OCDE, en su Manual de Oslo 2018, ya no distingue entre innovaciones tecnológicas y no tecnológicas, sino entre innovaciones de producto e innovaciones de proceso.

España ha mostrado una evolución positiva en los últimos años. El gasto en I+D, medido como porcentaje del PIB, ha pasado del 1,24% en 2019 al 1,49% en 2023, mientras que el PIB español ha crecido a mayor ritmo que el de otros países europeos. Sin embargo, la comparación absoluta sigue siendo desfavorable: Alemania destinó en 2023 un 3,11% de su PIB a I+D y Francia un 2,19%.

El informe también resalta la persistente trampa de la tecnología media que afecta a la mayoría de los países europeos, incluido España. Mientras en EE.UU. los sectores de alta tecnología absorben el 64,4% del gasto empresarial en I+D, en los países europeos analizados este porcentaje oscila entre el 17% y el 30%.

En cuanto a la actividad innovadora empresarial, España cuenta con 508 empresas activas en innovación por millón de habitantes, frente a las 1.293 de Alemania y las 1.620 de Italia. Además, entre las empresas innovadoras españolas, solo el 53% realiza actividades de I+D, en contraste con el 70% en Alemania o el 79% en Francia.

Respecto a las patentes, consideradas un buen indicador de la calidad de la innovación, el informe señala que solo entre el 15% y el 25% de las patentes registradas en Europa corresponden a alta tecnología, confirmando la necesidad de políticas públicas más efectivas para impulsar la competitividad.

El análisis territorial revela una fuerte desigualdad regional: el gasto medio en I+D per cápita es de 925 euros en el País Vasco y 862 euros en Madrid, frente a los 57 euros de Extremadura. Asimismo, más del 70% del gasto nacional en I+D se concentra en Madrid, Cataluña, Andalucía y País Vasco.

El informe destaca, por último, la necesidad de diferenciar claramente entre políticas de fomento de la investigación científica y políticas de impulso a la innovación empresarial, subrayando que el éxito de las primeras es más previsible, mientras que el de las segundas depende de convencer a los empresarios de que la innovación refuerza la supervivencia y crecimiento de sus negocios.

España, en definitiva, ha reducido la brecha en innovación, pero todavía enfrenta importantes retos para alcanzar el nivel de sus principales socios europeos, especialmente en inversión privada, calidad de las patentes y en la consolidación de un tejido empresarial más innovador.