Un joven de 25 años permanece en estado crítico tras ser golpeado por la caída de una gran rama mientras se encontraba sentado en un banco de la plaza de San Vicente de Paúl, en el distrito de Carabanchel. El suceso, que ha causado gran conmoción en el vecindario, vuelve a poner el foco sobre el estado del arbolado urbano y los efectos del calor extremo en su estabilidad.
El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha expresado su preocupación y ha pedido “precaución” a la ciudadanía, recordando que “no son fechas fáciles para los árboles”. Las altas temperaturas, ha señalado, debilitan las raíces y comprometen la estabilidad de ejemplares aparentemente sanos, como el que ha provocado este grave accidente.
“Deseamos la pronta recuperación del joven. Está en estado crítico y los servicios sanitarios están haciendo todo lo posible por salvarle la vida”, ha indicado el alcalde. Además, ha anunciado que el Ayuntamiento mantendrá y reforzará las auditorías continuas del arbolado en toda la ciudad, subrayando que se realizará un estudio detallado del árbol implicado en el incidente.
Por su parte, el delegado de Medio Ambiente, Urbanismo y Movilidad, Borja Carabante, ha confirmado que el árbol afectado estaba monitorizado y había pasado recientemente los controles de mantenimiento y conservación correspondientes. Según sus declaraciones, el ejemplar se encontraba en “buen estado”, lo que refuerza la hipótesis de que las condiciones climáticas extremas pueden causar fallos estructurales súbitos incluso en árboles que no presentan síntomas visibles de deterioro.
Este nuevo accidente se produce en un contexto de creciente sensibilidad sobre el riesgo de caídas de ramas o árboles enteros, especialmente en primavera y verano, cuando el estrés térmico y la falta de agua debilitan los sistemas radiculares. En los últimos años, Madrid ha registrado varios sucesos similares que han encendido las alarmas sobre la necesidad de revisiones más exhaustivas y frecuentes, especialmente en zonas de tránsito y descanso.
Desde el Ayuntamiento se insiste en que el plan de gestión del arbolado incluye más de dos millones de árboles repartidos por calles, parques y jardines, y que se están priorizando las zonas de mayor afluencia peatonal y aquellas donde se han detectado ejemplares en riesgo potencial.
El incidente en Carabanchel servirá como nuevo punto de inflexión para las políticas de conservación arbórea en la capital, en un momento en el que el cambio climático exige estrategias más adaptativas y preventivas para garantizar la seguridad ciudadana sin renunciar a los beneficios ambientales del arbolado urbano.