Sociedad Civil Española irrumpe en Madrid con un llamamiento a la unidad cívica y a la “generosidad política”

El acto, celebrado en un abarrotado auditorio de la Mutua Madrileña, reunió a más de un centenar de asociaciones y voces destacadas del pensamiento cívico y político. La plataforma reclama una sociedad civil “vigilante, activa y libre” en un momento que consideran decisivo para España.

Presentación ayer en Madrid de Sociedad Civil Española
photo_camera Presentación ayer en Madrid de Sociedad Civil Española

La presentación en Madrid de la plataforma Sociedad Civil Española (SCE) congregó anoche a cientos de asistentes en el auditorio de la Mutua Madrileña. El evento —uno de los más concurridos del ciclo cívico de este año— formalizó la puesta en marcha de una iniciativa compuesta por más de un centenar de asociaciones que buscan actuar como un contrapeso organizado y estable frente a lo que consideran “un deterioro acelerado de las instituciones democráticas”.

Una plataforma que aspira a articular a la ciudadanía

Sociedad Civil Española se define como un movimiento transversal nacido para fortalecer la participación ciudadana y defender valores como la separación de poderes, la igualdad ante la ley, la libertad educativa, la protección de las familias, la seguridad jurídica, la cohesión territorial y el respeto a la Constitución.

Desde su presentación pública a través de fuentes oficiales y cobertura mediática, la plataforma ha insistido en que su objetivo no es sustituir a los partidos, sino ampliar el protagonismo de la sociedad civil en el debate público.

Con una estructura que agrupa entidades culturales, asociaciones familiares, plataformas educativas, organizaciones profesionales y colectivos ciudadanos, sus impulsores sostienen que España “necesita una movilización cívica sostenida” ante lo que describen como un momento “de gravedad institucional sin precedentes desde la Transición”.

El coloquio: diagnóstico crítico y preocupación por la deriva institucional

La mesa redonda estuvo moderada por Javier Martínez-Fresneda, quien condujo un diálogo vivo y, en algunos momentos, de marcada preocupación sobre la situación jurídica, social y política del país.

Alejo Vidal-Quadras: seguridad, justicia y el “desmantelamiento institucional”

En uno de los pasajes más comentados, Alejo Vidal-Quadras alertó sobre el impacto de la delincuencia reincidente, la inseguridad jurídica y la pérdida de eficacia de los cuerpos policiales. La idea central de su intervención fue la existencia de un “marco ideológico que desincentiva la protección de la propiedad privada y la autoridad del Estado de Derecho”.

La reflexión estuvo acompañada de ejemplos que, según dijo, ilustran “una política penal desconectada del sentido común”, subrayando que las instituciones dedicadas a garantizar seguridad y justicia “carecen de los medios y del respaldo legal necesario”.

Alejandro Entrambasaguas: el papel de la transparencia y la fiscalización pública

El periodista de investigación Alejandro Entrambasaguas llevó el debate hacia la necesidad de controles eficaces, transparencia patrimonial y rendición de cuentas, especialmente en figuras públicas.
Su intervención —centrada en ejemplos ampliamente difundidos en investigaciones previas del propio Entrambasaguas y de otras redacciones— enlazó con un mensaje más amplio:
la necesidad de que las instituciones y la sociedad civil “acompañen los mecanismos democráticos con vigilancia activa”.

Marcos de Quinto: economía, meritocracia y el papel del Estado

El empresario y exdiputado Marcos de Quinto expuso una reflexión centrada en los fundamentos económicos de las sociedades prósperas: la importancia de la meritocracia, el respeto a la propiedad privada y la eficacia de los cuerpos y fuerzas de seguridad y de un sistema judicial ágil.

A su juicio, “una Administración que prioriza la maquinaria recaudatoria frente a la justicia y la seguridad” genera desconfianza social y desincentiva la inversión y la creación de riqueza.

María San Gil: “Esto va mucho más allá de unas siglas”

El cierre del acto estuvo a cargo de María San Gil, expresidenta del Partido Popular del País Vasco y una de las figuras más reconocidas del constitucionalismo cívico. Su intervención levantó al público en varias ocasiones.

San Gil reivindicó la fuerza transformadora de la sociedad civil y realizó un repaso histórico a los acuerdos políticos que, en su opinión, han permitido que “los socios de la antigua ETA hoy condicionen la gobernabilidad del país”. Para ella, la lección es clara: “No se puede delegar en terceros la defensa de la democracia. La sociedad civil debe estar presente, consciente y organizada”.

Uno de los momentos más destacados fue su apelación directa al Partido Popular y a Vox, a quienes pidió “generosidad política” para afrontar juntos la actual situación institucional:

“Esto va mucho más allá de unas siglas. La responsabilidad histórica exige unidad, madurez y altura de miras”.

La sala respondió con una ovación larga y unánime.

Un decálogo para la regeneración democrática

Durante el acto se recordó el decálogo fundacional presentado por SCE en su lanzamiento, que incluye diez líneas de acción:

  • recuperación de la independencia judicial,
  • refuerzo de los cuerpos y fuerzas de seguridad,
  • protección de la familia y respuesta a la crisis demográfica,
  • vivienda asequible y políticas de arraigo,
  • defensa de la libertad educativa,
  • simplificación fiscal,
  • fortalecimiento de la transparencia institucional,
  • preservación de la unidad nacional y la igualdad territorial,
  • defensa de la libertad de prensa y expresión,
  • impulso de una política exterior coherente y estable.

La plataforma subraya que se trata de un documento abierto, susceptible de ampliarse con aportaciones ciudadanas y de expertos.

Reacciones y contexto: hacia un nuevo ciclo de participación cívica

La irrupción de Sociedad Civil Española coincide con un crecimiento generalizado de movimientos ciudadanos en Europa que buscan influir en la agenda pública ante la percepción de que los partidos tradicionales no absorben por completo las inquietudes sociales.

Expertos en sociología política consultados por El Diario de Madrid apuntan que este tipo de plataformas tienden a ganar relevancia en escenarios de fragmentación política, ya que la sociedad civil aparece como un espacio más transversal capaz de movilizar a sectores diversos.

Aunque aún es pronto para medir el impacto real de SCE, tanto su amplitud asociativa como el volumen de asistencia en Madrid evidencian que existe una demanda social de participación ordenada, no partidista y articulada.

El papel imprescindible de la sociedad civil

Más allá de las valoraciones políticas, el acto de anoche dejó claro un mensaje:
la sociedad civil recupera espacio en el debate público español.

El proyecto insiste en que la regeneración democrática no puede descansar únicamente en instituciones y partidos; requiere también asociaciones, entidades sociales, organizaciones profesionales y plataformas ciudadanas que velen por la calidad democrática y por la cohesión social.

En un contexto marcado por la desconfianza, la crispación institucional y las dificultades socioeconómicas, SCE reivindica el retorno del ciudadano consciente, activo y responsable como pieza imprescindible para fortalecer el futuro del país.

Lo que viene

Al término del acto, la sensación compartida entre los asistentes era que la presentación no había sido un punto final, sino el arranque de un recorrido más largo. Sociedad Civil Española quiere transformar el entusiasmo de la sala en una presencia constante en la vida pública: nuevas conferencias, encuentros abiertos y un trabajo sostenido en áreas como la justicia, la vivienda, la educación o la protección de las familias.

Sus impulsores insisten en que no buscan un proyecto efímero, sino una red cívica estable, capaz de articular propuestas y dar voz a quienes sienten que el país atraviesa un momento decisivo. Queda por ver cómo se traducirá esa ambición en la práctica, pero el mensaje que dejaron anoche es claro: esto no termina aquí. La plataforma aspira a consolidarse como un actor cívico que acompañe, vigile y contribuya al rumbo democrático de España.