El Capítulo General del Real Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias, el día 9 de los corrientes celebró en la Capilla del Rey Casto de la Santa Iglesia Catedral de Oviedo su Capítulo General y ceremonia de investidura, bajo la presidencia de S.E. Don Francisco de Borbón, Duque de Sevilla y Grande de España.
Una vez finalizada la ceremonia, todos los invitados se trasladaron al Hotel de la Reconquista de la ciudad de Oviedo, donde tras el cóctel de bienvenida, el Canciller-Secretario General de la Corporación, D. Manuel Ruiz de Bucesta se dirigió a todos los asistentes, en primer lugar, agradeciendo la presencia de las autoridades civiles, diplomáticas y militares, y representantes de las diferentes Órdenes y Corporaciones nobiliarias españolas.
Seguidamente, el Canciller Sr. Ruiz de Bucesta procedió a hacer balance de las actividades realizadas por el Real Cuerpo desde la celebración del último Capítulo General, destacando entre las más de treinta actividades que se han realizado.
Posteriormente el Duque de Sevilla hizo entrega de los premios que concede este Real Cuerpo de la Nobleza anualmente, y que en esta ocasión han sido el Premio “Conde de Latores” 2024 a la labor humanitaria, otorgado a la Agencia Espacial Europea (ESA) y recogido por su Directora, Dña. Carole Mundell, el Premio “Conde de Campomanes” a la labor en la Economía 2024, otorgado a la Organización de Estados de África, el Caribe y el Pacífico, y recogido por su Secretario General, D. Georges Rebelo Pinto Chikoti, el Premio “Carreño de Miranda” a la Labor en las Artes 2024, concedido a la Real Fábrica de Tapices, y recogido por su Director, D. Alejandro Klecker de Elizalde.
Tras la entrega de los premios el Duque de Sevilla agradeció la presencia de los más de doscientos invitados, en especial de los Embajadores de Bosnia y Herzegovina, de Hungría, y de las Repúblicas de Eslovenia, de la República Popular de Bangladesh, y de Bulgaria, así como representantes de las Embajadas de la República Federal Alemana, de la Argentina y de los Estados Unidos Mexicanos, junto a otras autoridades civiles y militares, y representantes de las diferentes Órdenes y Corporaciones nobiliarias españolas, tras lo cual se sirvió una cena de hermandad, en la que se realizó el tradicional brindis por S.M. el Rey, y por España.