La lucha contra los incendios forestales en la Comunidad de Madrid se intensifica este verano con un despliegue estratégico de 33 torres de vigilancia, instaladas en puntos clave del territorio para ofrecer una detección temprana y eficaz de posibles fuegos.
Estas estructuras forman parte esencial del Plan Especial de Protección Civil de Emergencia por Incendios Forestales (INFOMA), en vigor desde el 15 de junio hasta el 30 de septiembre.
Ubicadas principalmente en el norte, oeste y suroeste de la región, las zonas de mayor valor ecológico, estas torres permiten cubrir una amplia extensión de terreno desde puntos elevados y con gran visibilidad. Cada torre está operada durante el día por un vigilante experto, dotado de prismáticos, mapas y emisora de radio, lo que permite un contacto directo y permanente con el Centro de Coordinación Operativa (CECOP) de los Bomberos de la Comunidad de Madrid.
Vigilancia también durante la noche
El dispositivo no se detiene al caer el sol. Por la noche, seis patrullas móviles continúan la labor de vigilancia, reforzando así la protección del entorno natural en las horas más críticas. Estos equipos tienen la capacidad de detectar columnas de humo, analizar el tipo de combustión según el color del humo, y transmitir con precisión la localización, dirección e intensidad del viento y vías de acceso para facilitar una intervención rápida.
Uno de los aspectos clave del sistema es su coordinación entre torres. En muchas ocasiones, un mismo incendio es avistado desde varios puntos, lo que permite generar una imagen más completa y detallada del suceso, mejorando así la toma de decisiones y reduciendo los tiempos de respuesta.
Mejora continua de infraestructuras
Esta campaña 2025 ha supuesto también una actualización de infraestructuras. Se ha sustituido la antigua torre de vigilancia de Alcalá de Henares por una nueva instalación en Villalbilla, que se encuentra ya en la fase final de construcción. Además, las torres de Santa María de la Alameda y Robledo de Chavela han sido reformadas, y ha entrado en funcionamiento una nueva torre en Valdelaguna, que mejora tanto la cobertura visual como las condiciones de trabajo de los vigilantes.
El objetivo del Gobierno regional es reducir al mínimo el tiempo de reacción ante un incendio forestal, protegiendo así la biodiversidad de los montes madrileños, especialmente en un verano marcado por el calor y el alto riesgo de propagación del fuego.