El portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso, Gabriel Rufián, ha criticado duramente este miércoles la actitud del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ante la crisis abierta en el PSOE por el conocido como ‘caso Koldo’, que ha derivado en la renuncia de Santos Cerdán, número tres del partido.
Rufián ha reclamado al presidente que se desvincule de forma contundente del escándalo de comisiones y ha instado a que se personen como acusación en la causa judicial para demostrar su compromiso con la transparencia. Durante su intervención en la sesión de control al Gobierno, el portavoz de ERC lanzó un mensaje directo:
“Jure que esto no es la Gürtel del PSOE. Que no veremos nunca en un papel ‘P. Sánchez’. Una buena manera sería personarse contra esta gente”.
Críticas al entorno presidencial
En declaraciones a los medios en los pasillos del Congreso, Rufián fue aún más incisivo al valorar la actitud del presidente. A su juicio, Sánchez está “encapsulado en La Moncloa” y rodeado por un equipo que no le permite ver con claridad la magnitud del daño político derivado del caso. “Les falta gente normal a su alrededor”, lamentó.
Incluso reconoció haber dudado en acudir a la ronda de consultas convocada por Sánchez tras la salida de Cerdán, una señal del enfado creciente de su grupo con la gestión del caso por parte del Ejecutivo.
Un reproche más duro que al líder de Vox
El diputado catalán también ironizó con la reacción presidencial a su intervención, insinuando que Sánchez pareció más molesto con él que con el líder de Vox, Santiago Abascal. “Se ha enfadado más conmigo que con Abascal”, señaló con sarcasmo.
La intervención de Rufián se produce en un momento de especial sensibilidad para el Ejecutivo, que intenta contener las repercusiones del ‘caso Koldo’, una presunta trama de corrupción relacionada con contratos públicos durante la pandemia, en la que altos cargos del PSOE se habrían beneficiado de comisiones ilegales.
Contexto de crisis interna y presión externa
La renuncia de Santos Cerdán, secretario de Organización socialista, ha sido el último episodio de un escándalo que ha reabierto el debate sobre la regeneración democrática en el seno del partido y que ha generado una fuerte presión de los socios parlamentarios para que el Gobierno dé explicaciones y tome medidas ejemplares.
Rufián, conocido por su tono directo, ha optado por comparar el escándalo con el caso Gürtel, uno de los mayores escándalos de corrupción que afectó al Partido Popular, subrayando el peligro de que el PSOE quede identificado con prácticas similares si no actúa con contundencia.