ONU

Polémica por la foto de Felipe VI con Ahmed al Sharaa, presidente de Siria y exlíder de Al-Nusra, en la ONU

La imagen del rey con Ahmed al Sharaa en la Asamblea de la ONU desata críticas por el pasado yihadista del mandatario sirio y reabre el debate antiterrorista

Felipe VI con Ahmed al Sharaa,
photo_camera Felipe VI con Ahmed al Sharaa,

La presencia de Felipe VI en la 80ª Asamblea General de Naciones Unidas ha quedado eclipsada por una fotografía difundida este jueves en Nueva York: el monarca aparece posando junto a Ahmed al Sharaa, actual presidente de Siria y antiguo dirigente del Frente Al-Nusra, filial de Al Qaeda en ese país. La instantánea ha provocado indignación y un aluvión de reproches en España, donde voces críticas han recordado el pasado yihadista del líder sirio y su conexión con redes extremistas implicadas en atentados como los del 11-M.

Fuentes críticas subrayan que, mientras la Casa Real no se ha pronunciado sobre la foto, el gesto llega tras semanas en las que el debate público en España ha girado en torno a posiciones sobre Palestina e Israel, lo que ha amplificado la lectura política del momento captado por las cámaras. “Queda retratada la falta de decencia de quienes se han estado llenando la boca de ‘lucha contra el terrorismo’”, censuró en X el dirigente de Frente Obrero Roberto Vaquero, en alusión a la normalización diplomática que diversos líderes occidentales estarían otorgando a al Sharaa.

La controversia no se limita a Madrid. Giorgia Meloni y Donald Trump también han sido fotografiados recientemente con el presidente sirio; en el caso del expresidente estadounidense, su acercamiento ha ido de la mano del levantamiento de sanciones y de mensajes públicos en los que definió a al Sharaa como un “tipo duro” con un “pasado fuerte”. Estos contactos han sido interpretados por analistas como un intento de recolocar a Siria en el tablero regional, de cara a una etapa de reconstrucción y a la reducción del aislamiento internacional.

En España, sin embargo, la carga simbólica de la imagen con Felipe VI ha pesado más que la geopolítica. Colectivos de víctimas del terrorismo y comentaristas han recordado las matanzas de cristianos y opositores atribuidas al Frente Al-Nusra, así como la trayectoria de al Sharaa —conocido durante años por su alias Abu Mohammed al-Jolani— al frente de HTS (Hayat Tahrir al Sham), organización que ha buscado blanquear su imagen en los últimos años. “Una foto no equivale a un aval político, pero sí plantea preguntas incómodas”, señalan fuentes diplomáticas consultadas en medios internacionales, que enmarcan la escena en la lógica protocolaria de los grandes foros multilaterales, donde los encuentros informales entre jefes de Estado y delegaciones son frecuentes y a menudo inevitables.

Desde el entorno del presidente sirio, la prioridad pasa por consolidar reconocimientos implícitos, exhibir moderación retórica y atraer inversión para la reconstrucción. Críticos y organizaciones de derechos humanos, por su parte, alertan de que el cambio de tono no ha venido acompañado de garantías verificables respecto a abusos del pasado y a la desarticulación real de estructuras extremistas.

El episodio abre un nuevo frente de debate en España: el equilibrio entre la diplomacia de Estado —que expone a la Jefatura del Estado a fotografías con líderes de expedientes polémicos— y la sensibilidad interna ante cualquier gesto que pueda interpretarse como blanqueamiento. La Casa Real no ha ofrecido, por ahora, explicación pública sobre el contexto de la imagen ni sobre si se trató de un saludo protocolario o de un encuentro concertado. En tanto no llegue esa versión, la fotografía seguirá alimentando lecturas políticas opuestas: para unos, un traspié simbólico; para otros, una consecuencia inevitable de una agenda en la que circulan, bajo el mismo techo, aliados incómodos y realidades cambiantes del orden internacional.