La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) ha hecho balance del año y concluye que el periodismo ha resistido en 2025 pese al aumento de la presión de los poderes políticos, una situación que, lejos de amedrentar a la profesión, ha reforzado su papel en la denuncia de presuntas actuaciones delictivas desde el ámbito público.
Así lo ha señalado el vicepresidente primero y portavoz de la APM, Luis Ayllón, quien destaca que muchas informaciones que fueron calificadas como bulos o desinformación “han terminado en los tribunales”, poniendo de manifiesto la función esencial de la prensa como contrapoder.
Más obstáculos al ejercicio del periodismo
La APM muestra su preocupación por las prácticas que dificultan el trabajo informativo, entre las que enumera:
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Abuso de declaraciones sin preguntas.
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Reducción de ruedas de prensa y del número de preguntas permitidas.
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Exclusión de determinados medios y trato de favor a otros.
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Dificultad de acceso a la información en algunos ministerios.
Para la asociación, estas dinámicas suponen un riesgo para el derecho de los ciudadanos a recibir información veraz y plural.
Periodistas “activistas” y tertulias politizadas
Ayllón advierte también de un fenómeno creciente: la polarización de algunos periodistas, que “actúan como activistas políticos”, lo que a su juicio entorpece la labor profesional de sus compañeros.
A ello se suma la proliferación de analistas en tertulias que funcionan como correas de transmisión de mensajes políticos, aunque son percibidos como periodistas por la audiencia, generando desconfianza hacia la prensa.
La precariedad laboral, un problema persistente
Entre las principales preocupaciones de la APM sigue figurando la precariedad laboral. La asociación alerta de que muchos periodistas soportan salarios muy bajos pese a una dedicación intensa, una situación que deteriora la calidad informativa y expone a los profesionales a mayores presiones.
En este contexto, Ayllón recuerda que las administraciones públicas tienen la obligación de garantizar el libre ejercicio de la profesión periodística, especialmente frente a situaciones de acoso, hostigamiento o agresiones. “Sin periodismo no hay democracia”, subraya.
La inteligencia artificial: una herramienta, no un sustituto
La APM considera que la inteligencia artificial ya es una realidad en los medios y que puede ser “útil para el trabajo de los periodistas”, siempre que se emplee como apoyo y no como sustituto.
“La IA puede facilitar nuestra tarea, pero nunca sustituirla”, afirma Ayllón, quien defiende que levantar una noticia, darle enfoque y aportar criterio son aportaciones humanas irremplazables.
La asociación se muestra especialmente preocupada por el uso de imágenes y vídeos generados por IA sin identificación clara, y reclama normas mínimas de transparencia para evitar confundir a la audiencia.
Libertad de prensa y secreto profesional
La APM insiste en que no es partidaria de una regulación excesiva de los medios, por el riesgo de limitar la libertad informativa. Sin embargo, sí defiende una regulación específica del secreto profesional, tal y como prevé el artículo 20 de la Constitución, para garantizar el derecho de los periodistas a no revelar sus fuentes.