El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, reunirá este lunes a su Comité de Dirección para marcar el inicio del nuevo curso político. Su objetivo será reforzar la ofensiva contra el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a raíz de los casos de presunta corrupción que afectan a su Gobierno y a su esposa, Begoña Gómez, al tiempo que deberá contener el desgaste que sufre el PP por la ola de incendios que ha calcinado más de 350.000 hectáreas en el país.
El PP había diseñado su “último asalto” contra Sánchez tras la reelección de Feijóo como líder y con un equipo renovado. Sin embargo, la estrategia se vio afectada por dos golpes antes de agosto: la dimisión de Noelia Núñez por falsear su currículum y la imputación del exministro Cristóbal Montoro. A ello se suma ahora la presión sobre los gobiernos autonómicos populares, responsables de la prevención y extinción de incendios.
El foco está en Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León, criticado por no interrumpir sus vacaciones durante los primeros días de los incendios. Aunque defendió la suficiencia del operativo, días después solicitó el despliegue de la Unidad Militar de Emergencias (UME). Además, su Gobierno tuvo que pedir disculpas por no activar medios estatales en Bembibre y Cistierna. Con las elecciones autonómicas previstas antes del 15 de marzo, Mañueco busca retrasarlas al máximo mientras se prepara para un congreso en septiembre que lo confirmará como candidato.
En paralelo, Feijóo intentará mantener la agenda política centrada en los escándalos del PSOE, como las presuntas mordidas de Santos Cerdán y José Luis Ábalos, así como los audios de este último en un contexto sexual con su asesor Koldo García. La ofensiva se articulará tanto en los tribunales como en las Cortes, sin descartar movilizaciones en la calle.
Este martes, la oposición tratará de impulsar una comparecencia urgente de Sánchez en el Congreso. El PP buscará apoyos en Junts y Podemos, aunque las opciones de éxito son limitadas. Una de las tareas clave será consolidar mayorías alternativas para visibilizar la soledad parlamentaria del Gobierno. En este terreno, la nueva portavoz del PP en el Congreso, Ester Muñoz, asumirá el reto de recomponer relaciones, especialmente con el PNV, tras el deterioro provocado por Miguel Tellado.
Finalmente, el PP deberá concretar su propuesta migratoria en un contexto marcado por la presión de Vox, que impulsa medidas como la prohibición de rezos musulmanes en la vía pública. Los populares tendrán que definir si llevan al Congreso sus planteamientos sobre el uso del burka y el niqab, una decisión que puede marcar su posición en el debate político frente a la ultraderecha.