El PSOE ha formalizado este lunes la expulsión del exministro y exsecretario de Organización José Luis Ábalos, tras cerrar el expediente disciplinario abierto en su contra a raíz de su vinculación con la investigación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en el marco de la denominada Operación Delorme.
Según han confirmado fuentes socialistas, el procedimiento se ha resuelto con la máxima sanción contemplada por los estatutos del partido: la expulsión definitiva de la formación.
El expediente a Ábalos fue abierto el pasado 27 de febrero, después de que su nombre apareciera en documentos relacionados con la investigación que lleva a cabo la UCO, y que ha salpicado a varias figuras políticas y empresariales. Aunque el exministro ha defendido públicamente su inocencia y ha rechazado dimitir de su escaño en el Congreso, la dirección federal del PSOE ha optado por cortar toda relación orgánica con quien fuera uno de los hombres de confianza del presidente Pedro Sánchez durante su primera legislatura.
El informe del instructor considera que la permanencia de Ábalos en las filas del PSOE es “incompatible con los principios éticos y de ejemplaridad que deben regir la conducta de los cargos públicos del partido”.
Ruptura definitiva con el ‘sanchismo’
La expulsión de Ábalos representa la ruptura más contundente hasta la fecha con la etapa inicial del Gobierno de Pedro Sánchez, en la que el ahora exdiputado tuvo un papel clave en la estrategia de partido y la interlocución parlamentaria. Su caída en desgracia comenzó tras su salida del Ejecutivo en julio de 2021, aunque había mantenido un perfil discreto como diputado raso.
Desde entonces, la dirección socialista ha intentado desmarcarse de cualquier sombra de sospecha que pudiera empañar la imagen del partido, especialmente en un contexto de creciente presión mediática y judicial en torno a la Operación Delorme, una investigación que sigue en curso.
Posibles consecuencias políticas
Aunque la expulsión no conlleva de forma automática la pérdida de su escaño, fuentes parlamentarias indican que el grupo socialista podría instar a Ábalos a entregar el acta. De negarse, pasaría a integrarse en el grupo mixto, lo que podría alterar algunas dinámicas internas en la Cámara Baja.