Pedro Sánchez acaba de darnos a los españoles una lección de moralidad. Acaba de ofrecer una rueda de prensa pactada a la que no tuvieron acceso muchos medios de comunicación. A El Diario de Madrid no se le permitió la participación en su comparecencia. Los periodistas que preguntaron no hicieron ninguna pregunta incómoda para el presidente. Pedro Sánchez hoy nos ha dado una lección de moralidad y por esa razón me ha recordado tanto a Don Moralina. Ese individuo llamado también Pedro Sánchez que se cree que está por encima del bien y del mal. Ese ser que sigue echando las culpas al PP sin saber que es responsable de todo lo que sucede en el PSOE y en el Gobierno de España. Pedro Sánchez ha hablado para seguir siendo el mismo y lo mismo que ha sido desde que es presidente del gobierno. Ha pedido perdón por su propia decepción, porque se ha enterado hoy de todo lo que rodeaba a Santos Cerdán. Incluso se ha atrevido a decir que cree en la justicia y que es un nato colaborador de la justicia. Pero no ha dicho que cuando los jueces condenan en el Tribunal Constitucional dirigido por Conde Pumpido quedan eliminadas las penas de los condenados. Eso es lo que tenemos en España. Pedro Sánchez ha asegurado, en su intervención, que había sido ejemplar el proceso de las primarias cuando fue elegido presidente del PSOE. Ha asegurado que su organización asume responsabilidades. Ja, ja, ja, ja, ja... Y por eso considero sumamente vergonzoso que el presidente del Gobierno de España salga a representar una mala obra de teatro en la que sigue considerando que los españoles no nos enteramos de nada y que nada le importamos. Para decir que esta España decrépita va bien, sin entrar en el fondo de la preocupación que acucia a la mayoría de los españoles.
El PSOE y el gobierno que preside Sánchez están hundidos en un lodo tan nauseabundo que los españoles sentimos vergüenza ajena, por lo que su gobierno representa y por los cuentos de hadas que nos cuenta a los españoles con cara compungida y vestido de luto.
