Cada 5 de diciembre celebramos el Día Internacional de los Voluntarios, proclamado en 1986 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esta fecha nos invita a reconocer y valorar el trabajo desinteresado de millones de personas que, en todo el mundo, dedican tiempo, energía y talento para mejorar la vida de otros, tanto en sus comunidades como a nivel global.
El objetivo principal de la celebración de este día es:
- Aumentar la conciencia sobre la importancia del voluntariado.
- Impulsar políticas públicas que fortalezcan el voluntariado como herramienta de desarrollo.
- Motivar a más personas a sumarse a causas humanitarias y sociales, dentro y fuera de sus países.
- Promover redes de colaboración y difundir los beneficios del servicio voluntario.
- Reconocer el impacto del trabajo no remunerado en la transformación social.
- Visibilizar la importancia del voluntariado en la construcción de sociedades más justas y solidarias.
Para todo ello es fundamental reconocer y promover la contribución significativa del Voluntariado a nivel global, alentando a los gobiernos a adoptar medidas para hacerlo.
El voluntariado está estrechamente vinculado a la Agenda 2030, y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por Naciones Unidas. Estos objetivos buscan erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad para todos, siendo que el voluntariado se convierte en una herramienta fundamental para alcanzar estas metas globales.
Según la Ley 45/2015 del Voluntariado en España: “Un voluntario es una persona que, por decisión propia, libre y altruista, dedica parte de su tiempo a realizar actividades en beneficio de la comunidad o de terceros, sin recibir remuneración económica a cambio”. Esta definición legal establece un marco claro que diferencia el voluntariado de otras formas de colaboración social. Además, se trata de una acción planificada que debe ser realizada a través de una organización, con compromiso temporal definido, formación previa y seguimiento estructurado.
Pero, ¿qué significa realmente ser voluntario?
Más allá de la definición legal, ser voluntario es asumir un compromiso transformador que fortalece la empatía, la participación activa y la solidaridad. Es una experiencia que no solo beneficia a quienes reciben ayuda, sino que también enriquece profundamente a quienes la brindan, generando un impacto bidireccional de gran valor humano y educativo.
El voluntariado nos conecta con los grandes desafíos del mundo, y nos empodera para hacer algo al respecto.
Mejora del estado de ánimo, ya que ayuda en la reducción del estrés y la ansiedad, y genera mayor sensación de propósito y sentido de vida. Numerosos estudios demuestran que ayudar a otros incrementa la felicidad personal.
Cuando uno hace voluntariado palabras como: empatía, acción colectiva, solidaridad, compromiso, y amor al otro dejan de ser conceptos abstractos y se convierten en realidad, con la convicción de que esa realidad es transformable y todos podemos aportar a mejorarla.
Y como dijo Eduardo Galeano, gran referente, escritor y pacifista: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.
Y en mi caso personal solo puedo afirmar que eso es cierto, y que a pesar de que para quienes hacemos voluntariado hay días duros, de remar en dulce de leche, de creer que se retrocede más de lo que se avanza, y de sentir que descuidamos nuestros compromisos laborales, el tiempo con nuestras familias y afectos, es necesario reflexionar también aquí sobre cuántos de nosotros nos hemos tomado vacaciones en nuestros trabajos para ir a: “trabajar de voluntarios”.
Sí que se avanza, sí que se aporta, y no podemos desanimarnos, ni darnos por vencidos. Este mundo necesita de más voluntariado y actividades de impacto social positivo.
¡Feliz día colegas voluntarios y voluntarias del mundo! Abrazo a todos y cada uno de ustedes.
Les comparto una foto de mi último voluntariado internacional, siendo que justo hoy se cumple un año de ello.
