Díes irae

Ayusiana

La persecución política y humana a Isabel Díaz Ayuso por parte de la izquierda, viene siendo obsesiva y encarnizada desde hace muchos años. Empezaron con el padre, pero el buen señor debió fallecer al poco (o había fallecido ya) y aquella cacería no dio mucho de sí.  

Más encarnizada fue la de su hermano. Le acusaron, desde todos los foros, de beneficiarse con la venta ilegal de mascarillas durante la pandemia. Amasar dinero sobre los muertos, prevalerse del parentesco, conchabarse con la hermana para especular… El tema, obviamente, se judicializó pero todas las instancias (incluida la fiscalía europea) decretaron que en el comportamiento de aquel ciudadano no hubo tacha ni reproche; ni penal ni civil. Ello no fue óbice, valladar o cortapisa para que todos los ministros, todos los cargos y todos los voceros mediáticos volviesen una y otra vez a hozar sobre el mismo excremento.  

Hasta que Sánchez, en una sesión solemne del Parlamento, a la que asistían autoridades (entre ellas Díaz Ayuso) se permitió desde la tribuna, con esa mezcla de aplomo y cinismo que le caracteriza, citar por trigésima vez al “corrupto hermano de la presidenta de Madrid”. Ella, desde el gallinero donde estaba sentada, masculló “¡Qué hijo de puta!” y de inmediato toda la caterva le acusó de injurias, blasfemias, cruzar líneas rojas, líneas negras y a por ella con banderillas de fuego. Salió bastante airosa de la indiscreta toma aduciendo que había dicho “me gusta la fruta”, frase que de inmediato se tornó icono para la derecha.  

Pero el clímax llegó con su novio. Un hombre saludable que debe tener problemas con Hacienda, allá él, pero que ni está condenado ni tiene otra desgracia visible que ser la pareja de Ayuso. “¡Vive en la casa de un defraudador! ¡Juntos actúan para esconder la corrupción! ¡Los fiscales le persiguen!” Mañana, tarde, noche, madrugada… todos al asedio de IDA. No puede irse de vacaciones con su pareja sin garantizarse luego cómo declara el coche que alquilaron. “¡Pretendía deducírselo!” Y a ella qué narices le importa nada de eso. Que digo yo que si el novio fuese el destripador y  llevase para cenar unos despojos, tampoco ella tendría nada que ver.  

El acoso tiene su porqué. Sánchez sabe que Ayuso ha liquidado a Gabilondo, a Iglesias, a todo el PSOE de Madrid, a VOX y a cualquiera que haya intentado medirse con ella. Hasta 13 cadáveres políticos yacen en su particular cementerio. Echó a patadas al melifluo Bolaños, que pretendía meterse en su escenario sin permiso y ha demostrado sobradamente que su objetivo es Pedro Sánchez. Por eso la acosan, la insultan, necesitan eliminarla como sea, por medios lícitos, ilícitos, rastreros o circunstanciales…lo que sea para echarla.  

Pero se equivocan. El intento es vano. Si hay algo a lo que la militancia del PP está inmunizada es a dejarse llevar por la propaganda de sus oponentes políticos. El caso de Rita Barberá es una herida, honda y sangrante, que ningún militante ha olvidado. A la infortunada alcaldesa de Valencia la destrozaron los medios. En La Sexta (solo a título de ejemplo) la identificaron como El Objetivo; la ataron a La sexta columna; le aplicaron decenas de programas Al rojo vivo. En El Intermedio se hicieron burlas y cuchufletas, para enmascarar los dolores. Y tras varias sesiones de tortura, allá por La sexta noche, la desventurada ya era despojo y nadie daba un duro por su inocencia.  

Rita Barberá
Rita Barberá

El PP la abandonó. Le negaron el saludo, la desterraron. Murió sola y fue declarada inocente de todos los cargos que sobre ella pesaban. Yo os digo que no he militado jamás en partido alguno, pero aquella lección, terrible, lacerante, gravita sobre la conciencia de todos los militantes populares. Por eso, cuando Pablo Casado se fue a una emisora amiga a dudar de la honradez de Ayuso, a especular con su decencia…la ira ciega se apoderó de la militancia y rodearon Génova para gritarle: ¡”Te vas tú”! No hacía falta que nadie convocase a nadie. Fue el grito del remordimiento, de la amargura, de no jugar jamás a ese juego hediondo que había matado a Barberá. Y que Casado, un pipiolo, pensó que podría resultarle rentable. En realidad, Casado no fue víctima de Ayuso sino de sí mismo, de no haber aprendido la tremenda  lección que la alcaldesa de Valencia dejó en su legado.  

Dicho esto, es evidente que por más que insulten, griten, gesticulen y se retuerzan, no van a tumbar a Díaz Ayuso. Al revés, Ayuso les irá tumbando a ellos, a medida que se pongan delante. El siguiente es el fiscal general, algún que otro ministro…vayan pasando, para comer caliente. Madrid apoya con decisión a Ayuso. Madrid es ayusiano, naturaliter ayusiani: Madrid crece, atrae, gusta, se recrea en su pujanza. Mientras Ayuso no traicione a los madrileños, nada tiene que temer.  

Y prueba de ello es que hace un tiempo, dos tipos sin militancia, mi  amigo Roberto Alonso y yo, decidimos que Isabel Díaz Ayuso se merecía un chotis. Y le compusimos uno: música y letra. Con un par. En un CD. Y se lo entregamos. Y nos lo agradeció. Y dice así:  

En Madrid, a 2 de mayo de 2021, II Año Pandémico
En Madrid, a 2 de mayo de 2021, II Año Pandémico

La presidenta 

(Chotis a Isabel Díaz Ayuso)

A Isabel Díaz Ayuso bien le sienta  
Ser de este su Madrid la Presidenta  
Defendiendo con arrojo su programa  
Que es hacer lo que aquí nos dé la gana. 
Ante aquellos que pretenden
limitarnos, Imponernos su
camino o acallarnos Establece
Díaz Ayuso sus reales  
¡Libertad para todos y a raudales!  

Y en la puerta del Sol, centro de España, 
Isa con su valor nos acompaña,  
Procurando reunir a los mejores  
En proyectos, mensajes y valores.  

Si Madrid no fue jamás plaza sencilla 
Porque nunca fue ciudad de pacotilla, 
Agrandándose con su Comunidad 
Es un mundo que hay que saber gobernar.  

Y mirando a los ojos al futuro  
Que contigo será menos oscuro  
Nos pondremos un chotis a bailar 
Y con ganas y júbilo gritar:  

¡Viva la suerte de este Madrid  
Que a San Isidro y Santa María  
Te suma a ti..... ! ¡Que sí!