La Comunidad de Madrid ha puesto en marcha un innovador sistema de seguimiento de fauna protegida mediante drones en el Parque Regional del Sureste, una herramienta que ha permitido identificar unas 50 parejas de garza imperial y 65 de aguilucho lagunero que anidan en este entorno natural y en otros humedales catalogados. El éxito de esta experiencia piloto abre la puerta a ampliar el uso de estos dispositivos a otros espacios naturales de la región para mejorar el censo y conservación de más especies.
Drones para un seguimiento más preciso y menos invasivo
El empleo de drones permite mejorar la precisión del conteo y reducir las molestias a las especies, una ventaja significativa frente a los métodos tradicionales que requieren el uso de barcas o vadeadores. Estos aparatos, controlados por expertos de la Consejería de Medio Ambiente, vuelan a una altura de entre 20 y 25 metros, garantizando la mínima alteración del entorno natural y maximizando la fiabilidad de los datos obtenidos.
En esta campaña, los dispositivos captaron más de 5.000 imágenes de cada humedal, generando una cartografía digital sin distorsiones que ha permitido verificar con exactitud la localización y número de nidos. “La tecnología se ha convertido en una aliada esencial para el estudio y la protección de la biodiversidad”, destacaron los técnicos responsables del proyecto.
Un entorno clave para la biodiversidad madrileña
El Parque Regional del Sureste, con más de 31.000 hectáreas de extensión, constituye uno de los enclaves de mayor riqueza ecológica de la región. Su diversidad incluye sotos fluviales, lagunas, aves acuáticas y formaciones vegetales autóctonas que lo convierten en un espacio fundamental para la conservación de la fauna madrileña.
Entre las especies que habitan en este entorno destacan la garza imperial, la garza real, la garceta grande y el aguilucho lagunero occidental, todas ellas de especial interés por su papel en los ecosistemas húmedos. Estas aves suelen anidar entre la vegetación densa y húmeda, lo que dificulta su localización mediante observación directa. De ahí que los drones ofrezcan una ventaja clave en la detección de nidos y el control poblacional.
De la ciencia a la conservación
El uso de tecnología aérea no solo permite obtener censos más exactos, sino que también ayuda a los especialistas a identificar problemas ambientales, detectar cambios en los hábitats y conocer las tendencias poblacionales. Esta información es esencial para diseñar estrategias de conservación más efectivas y proteger a las especies vulnerables del parque.
“La precisión y el bajo impacto de los drones nos permiten seguir de cerca la evolución de las aves sin interferir en su comportamiento natural”, explicaron desde el equipo técnico, que considera este proyecto “una herramienta revolucionaria en la gestión de la biodiversidad”.
Un modelo a replicar en otros espacios naturales
Los buenos resultados obtenidos en el Parque Regional del Sureste han llevado a la Comunidad de Madrid a plantear la extensión del uso de drones a otros espacios naturales protegidos, como el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama o el Parque Regional del Curso Medio del Río Guadarrama.
El objetivo es ampliar el alcance del programa de seguimiento a más especies autóctonas y consolidar una red tecnológica de observación medioambiental que contribuya a preservar la fauna madrileña frente a las amenazas del cambio climático y la pérdida de hábitat.