La Comunidad de Madrid ha inaugurado un nuevo Hospital de Día infanto-juvenil para pacientes con trastorno mental grave, sumando un total de diecisiete centros para este grupo poblacional. Este nuevo recurso se ubica en el mismo edificio que el Centro de Salud Mental Hortaleza, en Madrid, y depende del Hospital Universitario Ramón y Cajal.
Durante la visita de la consejera de Sanidad, Fátima Matute, en el marco del Día Mundial de la Salud Mental, se destacó que el centro está orientado a menores de entre 12 y 18 años y cuenta con un equipo multidisciplinar que incluye psiquiatras, enfermeros especialistas, psicólogos clínicos y terapeutas ocupacionales. Además, el Hospital de Día ofrece formación educativa simultánea a los tratamientos terapéuticos, gracias a la colaboración con la Consejería de Educación.
El centro cuenta con 30 plazas, de las cuales 25 son para alumnos que necesitan educación terapéutica en grupos reducidos, mientras que el resto continuará su formación en sus centros educativos habituales. Este hospital está dirigido a pacientes con trastornos mentales graves que requieren tratamiento intensivo, pero no hospitalización completa.
La Comunidad de Madrid ya dispone de otros 11 centros de atención ambulatoria para adolescentes en hospitales como el Niño Jesús, La Paz y Gregorio Marañón, además de 5 centros para población infantil entre los 6 y 12 años, y unidades de hospitalización especializadas para adolescentes en varios hospitales de la región.
Proceso asistencial
El proceso asistencial en el nuevo Hospital de Día infanto-juvenil comienza con una evaluación exhaustiva del paciente, que llega derivado desde su centro de salud mental. En esta primera fase, se realiza una exploración psicopatológica detallada que permite definir un plan de tratamiento individualizado. Este plan se acuerda de manera conjunta con el menor y su familia, ya que la participación activa de los padres se considera fundamental para el proceso de curación.
Una vez implementado el plan, se revisa periódicamente para ajustarlo a las necesidades y evolución del paciente. Tras cumplir los objetivos terapéuticos, se inicia una fase progresiva de reincorporación del menor a su centro escolar. Durante todo este proceso, se garantiza la integración del paciente en su entorno familiar y social, promoviendo una recuperación integral.