Las obras de soterramiento de la A-5, uno de los proyectos estrella del Ayuntamiento de Madrid, avanzan a buen ritmo, pero a costa de un notable incremento del riesgo para los conductores. La nueva disposición del tráfico ha generado giros imprevistos, curvas cerradas de hasta 120 grados y señalización insuficiente, lo que ha encendido las críticas en redes sociales y en asociaciones de automovilistas como el RACE, que ya advierte de la necesidad de “plantear un nuevo trazado para garantizar la seguridad”.
Un trazado cambiante que desconcierta a los conductores
Conductores habituales y visitantes coinciden en señalar que los desvíos improvisados generan confusión y maniobras peligrosas. Jorge, madrileño ocasional, reconocía que algunas curvas son “como si estuviera en un circuito de Fórmula 1”, mientras que en la red social X (antes Twitter) se multiplican los avisos: “Nuevo giro de 90 grados de la noche a la mañana sin avisar. Se debe señalizar más y mejor, con luces de noche”, apuntaba un usuario.
Los puntos más conflictivos se concentran en la salida hacia la calle Yébenes, donde la falta de una señal clara de giro obligatorio provoca que los vehículos crucen de forma peligrosa; en las inmediaciones de Casa de Campo, donde las curvas obligan a frenar en seco; y en la intersección con la calle San Manuel, donde los cambios se introducen sin suficiente antelación.
Un accidente mortal refuerza la preocupación
Las críticas no son solo fruto de la incomodidad. El pasado 6 de septiembre un motorista murió en plena zona de desvíos, cerca de la calle Illescas, tras ser arrollado por un turismo. El accidente obligó a cortar la autovía en sentido entrada y a reducir a un solo carril la salida, provocando largas retenciones. Este siniestro ha reforzado la percepción de que la señalización es deficiente y el trazado demasiado arriesgado para una vía que soporta miles de vehículos al día.
El Ayuntamiento admite la complejidad
La portavoz municipal, Inma Sanz, ha defendido que las obras son “dinámicas” y que los desvíos irán variando según la evolución de los trabajos. No obstante, aseguró que si se detecta algún tramo especialmente conflictivo “los técnicos estudiarán su modificación”. Mientras tanto, los límites de velocidad en algunos puntos se han reducido a 20 o 30 km/h, aunque los conductores insisten en que muchos vehículos siguen entrando en curva a más de 60.
El RACE ha advertido de que la combinación de carriles estrechos, muros de hormigón, cambios de rasante y falta de visibilidad nocturna convierte el trazado en un escenario de alto riesgo.
Un futuro bulevar verde con un presente caótico
El soterramiento de la A-5 forma parte del Paseo Verde del Suroeste, un proyecto que cubrirá 3,2 kilómetros de la autovía entre la avenida de Portugal y la avenida del Padre Piquer. El plan contempla un túnel con carriles Bus-VAO, ampliación de aceras, carriles bici y la creación de 70.000 metros cuadrados de zonas verdes.
Sin embargo, hasta la fecha prevista de finalización en noviembre de 2026, los vecinos y conductores deberán convivir con un “mar de curvas fatídicas”, como lo definen en redes sociales, que ha convertido la entrada a Madrid en un circuito de obstáculos improvisado.