Aranceles

España afronta un nuevo desafío económico ante los aranceles decretados por EE.UU.: se estima una pérdida de hasta 0,3 puntos del PIB

El impacto directo afecta especialmente a sectores como el vino, los aceites o los equipos industriales, mientras los efectos indirectos amenazan con reordenar el comercio global

Una persona ordena fichas que representan la economía social - Foto de 123RF/Photonphoto
photo_camera Una persona ordena fichas que representan la economía social - Foto de 123RF/Photonphoto

España se enfrenta a una nueva incertidumbre económica tras el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump de aplicar aranceles sin precedentes desde los años 30. A partir del 5 de abril de 2025, EE.UU. impondrá un arancel universal del 10% a casi todas las mercancías, que se elevará al 20% en el caso de productos procedentes de la Unión Europea. Esta medida, de confirmarse plenamente, podría suponer para España una caída del PIB de entre 2 y 3 décimas, afectando directamente al comercio exterior y, especialmente, a determinados sectores estratégicos.

Las exportaciones españolas a EE.UU., que ascienden a 18.100 millones de euros (1,1% del PIB), serán las primeras en verse afectadas, especialmente en sectores como el vino (11% de sus exportaciones van al mercado norteamericano), grasas y aceites (13,4%), buques (12,5%) o productos químicos (10,7%). El impacto estimado directo del arancel del 20% supondría una reducción del volumen exportado equivalente a 0,17 puntos del PIB, a lo que se sumaría una caída indirecta de 0,08 puntos por la menor demanda en mercados europeos también afectados.

No obstante, los efectos indirectos podrían ser aún más significativos. La presión sobre precios derivada de la búsqueda de nuevos mercados por parte de países como China, el desvío comercial hacia Europa con prácticas de dumping, y la posible ralentización económica global generan un escenario de riesgo para la inversión y el empleo. Según el informe, la correlación entre exportaciones e inversión en bienes de equipo es especialmente fuerte en España, lo que amplifica el impacto potencial en la economía.

La inflación también podría verse afectada. A corto plazo, productos como el aceite o el vino podrían abaratarse en el mercado nacional ante la caída de demanda exterior. Pero si los márgenes no permiten mantener la producción, el riesgo de cierre de empresas y destrucción de actividad es elevado. El efecto final sobre los precios dependerá en gran parte de la duración y alcance de la guerra comercial.

Por su parte, el Gobierno español ha anunciado un plan de ayudas para apoyar a las empresas afectadas y fomentar la búsqueda de nuevos mercados, mientras que desde Bruselas se contempla responder con represalias comerciales y el posible uso del Instrumento Anti-Coerción.

En cuanto al canal financiero, se prevé que el objetivo de Trump de recaudar ingresos vía aranceles para financiar recortes fiscales masivos (hasta 5 billones de dólares) genere tensiones en tipos de interés y alteraciones en el tipo de cambio euro-dólar, añadiendo más volatilidad al escenario económico global.

La Dirección de Coyuntura y Análisis Internacional advierte que la permanencia de estas medidas arancelarias implicaría una reorganización profunda de las cadenas de producción globales, y aunque el impacto a largo plazo podría no ser grave si el resto del mundo mantiene el libre comercio, sí tendría consecuencias severas para Estados Unidos. España, mientras tanto, deberá adaptarse a un entorno más incierto, competitivo y volátil.