Según informó la entidad de crédito, el estudio refleja que el 97% de las empresas confirma algún tipo de impacto de la inflación en su operativa y un 31% de las compañías percibe un deterioro del riesgo de crédito de sus propios clientes que también está causado por la inflación.
El documento también señala que esto se está produciendo sobre la estructura de costes, lo que puede afectar a las capacidades para operar de forma rentable de muchas empresas. El 53% afirma que está viendo incrementados sus costes laborales y un 59% ha visto aumentar sus costes de aprovisionamiento.
Según el estudio, el contexto de contención de la demanda está obligando al 69% del tejido empresarial a absorber el impacto de los nuevos costes, lo que implica “una pérdida de rentabilidad y una reducción de sus márgenes comerciales”.
Esta caída de los márgenes comerciales en un contexto de desaceleración de la actividad, combinado con un encarecimiento de los costes financieros, supone “un detonante para el riesgo comercial”, ya que un 31% de las empresas ya percibe un deterioro del riesgo de crédito de sus propios clientes a causa de la inflación. Para hacer frente a esta evolución, un 29% de las empresas se vio obligada a reducir ventas y un 11% renunció a determinados clientes.