El Centro de Cultura Contemporánea Condeduque, dependiente del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, acogerá los próximos 1 y 2 de noviembre la performance Wayqeycuna (ritual para honrar a los difuntos), del director, autor y performer argentino Tiziano Cruz, integrante de las comunidades quechua y aymara. La obra, que pone fin a la trilogía Tres maneras de cantarle a una montaña, se verá precedida por la experiencia taller Pan para el mundo, que se celebrará el 30 de octubre.
Un ritual escénico sobre la memoria y la identidad
En Wayqeycuna, Tiziano Cruz se adentra en su propia infancia para reconstruir la memoria personal y colectiva de su comunidad. La performance combina teatro, danza y gestos poéticos en una búsqueda artística que entrelaza identidad, territorio y herencia cultural.
El creador argentino articula su propuesta desde una perspectiva crítica y política, cuestionando el mercado del arte contemporáneo, los privilegios de clase y la visibilidad de las culturas indígenas. La obra se presenta como una ofrenda simbólica, un homenaje a los antepasados y un acto de resistencia frente al olvido.
Según su autor, Wayqeycuna (“hermandad”, en quechua) nace como una forma de honrar la memoria de los que ya no están: “En mi comunidad, el arte no se separa de la vida. Es un modo de recordar, de sanar y de seguir caminando juntos”.
Pan para el mundo: arte, territorio y comunidad
Antes del estreno de la performance, el 30 de octubre, Condeduque albergará el taller Pan para el mundo, una experiencia participativa que invita al público a explorar la conexión entre el arte, la tierra y las tradiciones culinarias.
El encuentro propone la creación colectiva de ofrendas de pan dedicadas a los ancestros, un símbolo esencial en la cosmogonía andina que representa la vida, la reciprocidad y la memoria espiritual. A través de esta práctica, Cruz busca diluir las fronteras entre el arte y la comunidad, favoreciendo la colaboración y la experiencia compartida.
“El pan es un gesto universal, un alimento y una ofrenda. En mi cultura, hacerlo es también una forma de agradecer”, explica el artista, que utiliza esta tradición como metáfora de convivencia y creación colectiva.
Un cierre de trilogía poético y político
Con Wayqeycuna, Tiziano Cruz cierra su trilogía Tres maneras de cantarle a una montaña, un proyecto en el que ha explorado las tensiones entre memoria, cuerpo, territorio y descolonización. Esta última pieza actúa como rito de sanación y reencuentro, donde el artista se reconcilia con su origen y con los silencios de su historia.
El montaje forma parte de la programación de Contemporánea Condeduque, el espacio dedicado a las nuevas expresiones escénicas y performativas, que continúa consolidándose como un referente en el panorama cultural madrileño.