La Fundación MAPFRE presenta 31 mujeres. Una exposición de Peggy Guggenheim, que reúne obra de las treinta y una artistas que participaron en Exhibition by 31 Women.
Esta muestra fue organizada por Peggy Guggenheim en su galería de Nueva York Art of This Century en 1943.
La mayoría de estas creadoras, provenientes de Europa y Estados Unidos, estaban vinculadas al movimiento surrealista o a la abstracción, y entre ellas había tanto nombres establecidos en el panorama artístico como talentos emergentes.
La exposición destaca la importante labor de mecenazgo de Guggenheim abordando el contexto en el que las artistas, con las que trabajó desde su galería neoyorquina, así como la colaboración que establecieron entre ellas, desarrollaron su trabajo.
31 Artistas
Djuna Barnes / Xenia Cage / Leonora Carrington / Leonor Fini / Suzy Frelinghuysen / Elsa von Freytag-Loringhoven / Meraud Guinness Guevara / Anne Harvey / Valentine Hugo / Buffie Johnson / Frida Kahlo / Jacqueline Lamba / Eyre de Lanux / Gypsy Rose Lee / Hazel McKinley / Aline Meyer Liebman / Louise Nevelson / Meret Oppenheim / Milena Pavlovic-Barilli / Barbara Poe-Levee Reis / Irene Rice Pereira / Kay Sage / Gretchen Schoeninger / Sonja Sekula / Esphyr Slobodkina / Hedda Sterne / Sophie Taeuber-Arp / Dorothea Tanning / Julia Thecla / Pegeen Vail Guggenheim / Maria Helena Vieira da Silva.
Claves de la exposición
El arte también es de las mujeres
«En la historia del arte, el punto de vista del hombre blanco occidental ha sido aceptado como el punto de vista del historiador del arte», señaló Linda Nochlin en su célebre artículo de 1971 «¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?». Este texto reclamaba por fin el papel de tantas mujeres que han sido relegadas a lo largo de la historia del arte por su género, y que solo desde hace algunos años empiezan a ocupar el lugar que merecen —junto a las artistas, escritoras, matemáticas, filósofas, etc.—. En una lista en la que Nochlin incluyó a figuras como Artemisia Gentileschi, Angelica Kauffmann, Safo, Jane Austen, Virginia Woolf, Gertrude Stein o Emily Dickinson, podrían figurar igualmente las artistas que forman parte de 31 mujeres. Una exposición de Peggy Guggenheim, tales como Frida Kahlo, Maria Helena Vieira da Silva, Valentine Hugo o Dorothea Tanning, entre otras.
Surrealismo
El surrealismo, término acuñado por Guillaume Apollinaire en 1917, hace referencia al movimiento liderado por André Breton, quien, en su primer manifiesto de 1924 —de cuya publicación se cumple ahora el centenario—, lo definió como «automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento». Con raíz en el dadaísmo y las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud, los surrealistas se expresaron por medio de la escritura, la fotografía, la performance, la pintura, el collage o la música. Aunque, idealmente, el surrealismo abogaba por la igualdad de género y apoyaba el trabajo de las artistas, en la práctica las mujeres fueron consideradas casi objetos artísticos, más que sujetos creativos.
Peggy Guggenheim
Mecenas y amante del arte, Peggy Guggenheim (Nueva York, 1898 - Padua, 1979) fue una de las coleccionistas y defensoras del arte de vanguardia más relevantes del siglo XX. Hija de Benjamin Guggenheim y Florette Seligman, y sobrina de Solomon R. Guggenheim, fundador del museo homónimo de Nueva York, en 1921 decidió trasladarse a Europa. En París entabló relación, entre otros, con Marcel Duchamp, Constantin Brancusi o Djuna Barnes. Instalada en Londres, en 1938 abrió su primera galería, Guggenheim Jeune, donde expuso obra de, por ejemplo, Vasili Kandinski o Yves Tanguy. En los momentos previos a la ocupación de Francia por los nazis y de vuelta en París, Guggenheim adquiere algunas de las más importantes obras de su colección, que logra llevarse consigo en su huida a Estados Unidos. Instalada en Nueva York, abre en 1942 la galería Art of This Century en la calle 57 Oeste. El espacio, además de mostrar la colección de la propia Guggenheim, se convirtió en una plataforma de lanzamiento para jóvenes artistas, entre los que se contaban las mujeres que participaron Exhibition by 31 Women.
La exposición
En 1943, la célebre coleccionista de arte Peggy Guggenheim, organizó, en su galería neoyorkina Art of This Century, una de las primeras muestras en Estados Unidos en la que se exponía exclusivamente obra realizada por artistas mujeres —europeas y norteamericanas—, bajo el título Exhibition by 31 Women. La exposición fue concebida por Guggenheim en colaboración con Marcel Duchamp, y la selección de autoras estuvo a cargo de un jurado entre cuyos miembros se encontraban André Breton, Max Ernst o el propio Duchamp. Guggenheim, en su calidad de única mujer del jurado, ocupaba una posición privilegiada para aportar una perspectiva femenina al proceso. En la nota de prensa, la propia galerista presenta la muestra como «el testimonio de que la capacidad creativa de las mujeres no se limita en absoluto a la vena decorativa, como podría deducirse de la historia del arte realizado por mujeres a través de los tiempos». Su voluntad era presentar el trabajo de estas creadoras como artistas independientes y por tanto, alejarlas del tradicional papel que se les había otorgado como musas o modelos.
La lista publicada de obras de la exposición no contenía fotografías, solo sus títulos, en muchos casos poco específicos, como «Naturaleza muerta» o «Composición». Exceptuando algunos casos concretos, hoy en día resulta complicado saber exactamente qué trabajos se mostraron en 31 Women.
31 mujeres. Una exposición de Peggy Guggenheim presenta una selección y reinterpretación de los fondos de The 31 Women Collection, la colección creada a partir de 2020 por la empresaria y coleccionista norteamericana Jenna Segal y conformada por obras de las mismas artistas que participaron en la histórica exposición de 1943.
Con esta muestra, Fundación MAPFRE pretende no solo difundir el trabajo y la visión de Peggy Guggenheim en su galería neoyorquina, sino también contribuir a trascender un relato que ha tendido a valorar la aportación de las mujeres en función de la relación que mantuvieron con los artistas hombres, y poner el acento, por el contrario, en las redes de colaboración, solidaridad y amistad que forjaron entre ellas. Estas mujeres, ligadas en su mayoría al surrealismo o a la abstracción, se sirvieron de estos lenguajes para reformularlos y cuestionarlos, manteniendo su independencia y poniendo de manifiesto los presupuestos patriarcales en los que dichos movimientos se asentaban.
Todas las obras expuestas, cerca de cuarenta, proceden de The 31 Women Collection. Además, se muestran fotografías, publicaciones y otras piezas que contextualizan y completan la aproximación a la escena artística norteamericana ligada a las mujeres durante aquel período. Junto al préstamo excepcional de The 31 Women Collection, la muestra cuenta con el apoyo del Vitra Design Museum, del Archivo Lafuente y de la Biblioteca y Centro de Documentación del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
El recorrido expositivo se articula mediante distintas secciones, la primera de las cuales introduce al visitante en el trabajo realizado por Peggy Guggenheim en su galería Art of This Century, y en especial en su apoyo al trabajo de las mujeres artistas del momento. Las siguientes secciones proponen una aproximación a algunos de los principales ejes temáticos y estrategias que exploraron las creadoras presentes en Exhibition by 31 Women, con el propósito de afirmar su independencia y esquivar los tópicos asociados a la etiqueta «mujer artista» en el mundo del arte de ese periodo.
Art of This Century
En 1942, Peggy Guggenheim abrió la galería Art of This Century en la última planta de un edificio de la calle 57 Oeste de Nueva York. Decidida a crear un espacio que generase expectación, había contratado al arquitecto austríaco Frederick Kiesler, que diseñó el mobiliario original —una de cuyas piezas se presenta en esta exposición— y proyectó un dispositivo de exhibición rompedor que estimulaba la interacción del espectador con las obras.
El espacio tuvo un profundo impacto en la escena artística, principalmente a través de un programa de exposiciones individuales que Guggenheim consagró a muchos de quienes serían los artistas más célebres del periodo y que hizo de este lugar un punto de encuentro esencial entre las vanguardias europeas y norteamericanas. Entre las iniciativas más destacadas que Guggenheim desarrolló en su galería está el apoyo e impulso que dio al trabajo de mujeres artistas no solo a través de exposiciones colectivas como Exhibition by 31 Women o la posterior The Women (1945), sino también mediante las muestras individuales que dedicó a algunas de las participantes en estas exposiciones, como Sonja Sekula o Irene Rice Pereira.
El «yo» como arte
El papel que cumplió la autorrepresentación en el trabajo de estas artistas resultó fundamental a la hora de reclamar su independencia y afirmar su identidad frente a la historiografía del arte tradicional, en el que las mujeres, cuando aparecen, lo hacen como figuras secundarias, relegadas al rol de musas, esposas o acompañantes de sus colegas masculinos. El componente autobiográfico, el disfraz, la performance o el autorretrato son algunos de los lenguajes de los que se servían para construirse personalidades distintas a las asignadas y escapar de los roles de género impuestos por la sociedad patriarcal de la época. Lo vemos en obras como Mujer con armadura, de Leonor Fini, o en Sin título (Autorretrato), de Dorothea Tanning, por citar solo dos ejemplos.
Lo extrañamente familiar
En 1919 Freud utilizó por primera vez el término unheimlich —que en español suele traducirse como «lo siniestro» o «lo ominoso», y en francés como «inquietante extrañeza»—. Esta categoría estética, que se encuentra en el límite de lo bello, fue recogida por el movimiento surrealista y, por lo general, alude a cuestiones familiares que atraen, pero que a su vez producen una suerte de inquietud y rechazo. Es el sentimiento que subyace en Día gris (Dunas), de Aline Meyer Liebman, o en los bodegones de Meraud Guinness Guevara y Meret Oppenheim, que muestran objetos propios del ámbito familiar descontextualizados, lo que provoca un desasosiego difícil de explicar. Esta sensación se acentúa en Costumbres españolas, de Dorothea Tanning, así como en las escaleras por las que dos misteriosas figuras cubiertas con telas parecen ascender hasta el cielo en Los catorce puñales, de Kay Sage.
Bestiarios
La experimentación con múltiples personalidades llevó a muchas de estas artistas a identificarse con animales que se convertían en sus alter ego, sobre todo en las obras de las creadoras más ligadas al surrealismo. Tal y como señala Patricia Mayayo, comisaria de la muestra, «además, los animales, encarnaban la búsqueda de otros mundos míticos o imaginarios donde pudieran ser finalmente libres». Así, la transformación del cuerpo femenino en águila, cuervo o ciervo aparece en la obra de Barbara Poe-Levee Reis, Milena Pavlovic-Barilli, Julia Thecla o Frida Kahlo, mientras que el caballo encarna la figura temida del padre al tiempo que a la propia artista en Los caballos de lord Candlestick, de Leonora Carrington.
The Middle Way: lenguajes de la abstracción
Si bien buena parte de las artistas que participaron en 31 Women se movían dentro de la órbita surrealista, algunas de ellas se inclinaron por los lenguajes abstractos. En los años treinta, la escena artística norteamericana estaba dominada por el realismo social y el regionalismo. Con el fin de impulsar la abstracción, se fundó la American Abstract Artist (AAA), una asociación de la que formaron parte, entre otras, Suzy Frelinghuysen, Louise Nevelson, Irene Rice Pereira y Esphyr Slobodkina. En el panorama artístico norteamericano fue dominando progresivamente la abstracción, que comportó en su configuración una puesta en valor del concepto de masculinidad cuyo epítome fue Jackson Pollock. Frente a un discurso que ensalzaba el lenguaje expresionista como un reflejo del hombre norteamericano, muchas de estas artistas optaron por explorar una «vía intermedia» que diese cuenta de todas las posibilidades que abría la abstracción. Un ejemplo de ello lo encontramos en La Vía Media / La Gran Madre gobierna el cielo (mural Astor), de Buffie Johnson.
La exposición se cierra con un mapa de las relaciones entre las treinta y una artistas de la exposición y Peggy Guggenheim. Subrayando el entramado de conexiones profesionales y personales que construyeron entre ellas, el gráfico hace visible —al margen de la tradicional consideración de las mujeres artistas como personajes secundarios— el importante papel de estas artistas como agentes en la escena artística de la época.
Catálogo
Junto a la reproducción de las obras expuestas y de otros materiales que forman parte de la muestra, el catálogo cuenta con un ensayo de la comisaria de la exposición, Patricia Mayayo, profesora de Historia del Arte en la Universidad Autónoma de Madrid, y con un texto de Lekha Hileman Waitoller, comisaria en el Museo Guggenheim de Bilbao. La publicación se completa con una biografía sucinta de cada una de las artistas, así como con un gráfico a modo de mapa de relaciones entre Peggy Guggenheim y las creadoras presentes en la exposición 31 Women.