Comunidad de Madrid

Santorcaz recupera su memoria histórica con la restauración del lavadero y otros espacios patrimoniales

La Comunidad de Madrid ha ejecutado un ambicioso proyecto en Santorcaz para restaurar elementos clave del patrimonio local, como el lavadero del siglo XIX, el Camino de la Galiana, la fuente‑abrevadero del Caño Alto y una antigua almazara, impulsando el vínculo entre el municipio y su historia.

Espacios históricos de Santorcaz rehabilitados por la Comunidad de Madrid - Comunidad de Madrid
photo_camera Espacios históricos de Santorcaz rehabilitados por la Comunidad de Madrid - Comunidad de Madrid

En un territorio donde cada piedra susurra siglos de historia, Santorcaz empieza a reescribir su presente desde los cimientos de su pasado. La Comunidad de Madrid ha destinado 162.000 € para restaurar algunos de sus rincones más emblemáticos: el lavadero del siglo XIX, el Camino de la Galiana, la fuente-abrevadero del Caño Alto y las ruinas de una almazara. Todo ello busca devolver a los vecinos y visitantes los ecos de una memoria colectiva viva.

Un patrimonio tapizado de historia

El lavadero, situado a apenas 500 metros de la entrada del Camino de la Galiana, bebía de un manantial local y fue testigo silencioso de generaciones que acudían allí, unidos por el agua, el trabajo y la charla cotidiana. La fuente del Caño Alto, protegida como Bien de Interés, se alza como un vestigio arquitectónico de piedra caliza, con dos pilones unidos por un muro de contención elevado, suspendiendo el paso del tiempo sobre una vía pecuaria centenaria.

Ambas estructuras, castigadas por el abandono, plagadas de erosión, vegetación invasora y añadidos modernos dañinos, han sido limpiadas, consolidadas y revitalizadas con restituciones pétreas cuidadosas y canalización restaurada. El uso de materiales tradicionales como la madera y el pavimento terrizo, junto a un enfoque arqueológico durante las obras, ha permitido preservar la autenticidad del entorno.

Más allá de la obra: una estrategia regional con cimientos locales

Esta intervención se integra en un ambicioso plan de recuperación de cascos históricos impulsado por la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, con casi tres millones de euros para 18 municipios madrileños de menos de 2.500 habitantes. Junto a Santorcaz, se han beneficiado localidades como Brea de Tajo, Patones, Torremocha del Jarama o Chapinería, restaurando desde ermitas y calles emblemáticas hasta jardines con historia.

Santorcaz, un crisol de civilizaciones

Este enclave no solo es noticia por sus recientes restauraciones. Santorcaz fue uno de los asentamientos íberos fundados antaño, conocido como «Metercosa», y guarda vestigios carpetanos en el gran yacimiento del Llano de la Horca, uno de los oppida más extensos de la Península. También atesora un castillo medieval —antigua residencia veraniega de arzobispos—, una muralla, y la iglesia mudéjar de San Torcuato, declarada Bien de Interés Cultural.

Aun más, la iglesia ha vuelto a descubrir secretos antiguos: una estructura de madera del siglo XVI resurgió durante obras previas de rehabilitación.

El futuro verde: un parque urbano junto a la muralla histórica

Y la recuperación no se detiene aquí. Recientemente, el Ayuntamiento anunció un proyecto sin precedentes: la creación del parque urbano más grande de su historia, sobre 7.868 m² junto a la muralla restaurada. Será un corredor verde con zonas de descanso, juegos, iluminación, áreas caninas y senderos sostenibles que amplíen la experiencia patrimonial al aire libre.