Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea han reafirmado su compromiso de incrementar sustancialmente el gasto en defensa y seguridad, en línea con el acuerdo alcanzado en la reciente cumbre de la OTAN en La Haya, que fijó en un 5% del PIB el objetivo común para 2035. Este consenso europeo choca de lleno con la postura defendida por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha reiterado que España no superará el 2,1% del PIB en su aportación a Defensa.
El Consejo Europeo ha aprobado este jueves unas conclusiones en las que exige a la Comisión Europea una hoja de ruta clara con metas cuantificables que se discutirá en el próximo Consejo de octubre. El objetivo: evaluar los avances hacia una capacidad de defensa autónoma y coherente a nivel comunitario, que permita a la UE reaccionar ante escenarios de inestabilidad global sin depender exclusivamente del paraguas de la OTAN.
Choque entre socios tras la cumbre de la OTAN
El respaldo de los 27 al aumento del gasto contrasta con la línea marcada por Sánchez en la OTAN, donde se desmarcó del objetivo del 5% y defendió el 2,1% como “suficiente” para cumplir con las capacidades exigidas a España. El desacuerdo provocó malestar entre los aliados y una respuesta inmediata del presidente estadounidense, Donald Trump, que amenazó con duplicar las barreras comerciales si España no “paga su parte”.
Trump afirmó que “España devolverá con comercio lo que no invierte en defensa”, intensificando así la presión sobre el Ejecutivo español. Frente a esta advertencia, Sánchez respondió desde Bruselas recordando que “la política comercial es competencia exclusiva de la UE” y subrayó su respaldo a las negociaciones en curso con Washington, que buscan evitar una guerra de aranceles antes del 9 de julio.
Divisiones políticas en el tablero nacional
Las repercusiones del desencuentro con la OTAN y la UE han alimentado un nuevo episodio de división política en España. Desde el Partido Popular, su líder, Alberto Núñez Feijóo, acusó a Sánchez de “frivolidad” y advirtió que “los sectores productivos españoles no deben pagar los errores de un presidente que busca mantenerse en el poder a toda costa”.
Desde el otro extremo del espectro político, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y líder de Sumar, defendió la postura del Ejecutivo como un “mensaje al mundo” frente a la imposición de Trump. “En el mundo no manda Trump; representa solo el 15% de la economía global”, sentenció.
Más críticos aún fueron Podemos, que tacharon la participación española en la cumbre como “una traición al pacifismo constitucional”, y tildaron de “farsa” el anuncio de incremento de gasto militar. Para ellos, el 2,1% ya es un exceso. En cambio, Sumar reivindicó la posición española como un “equilibrio razonable”.
Presión empresarial y advertencias de la CEOE
La controversia ha llegado también al ámbito económico. El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, advirtió que “España debe estar con sus socios” y participar activamente en la defensa común, “nos guste o no”. Separarse del consenso europeo, dijo, “es un error que pagaremos caro, especialmente si además se nos castiga comercialmente”.
Europa acelera la integración en defensa
Más allá de la disputa con España, el mensaje del Consejo Europeo fue claro: el rearme europeo es una prioridad estratégica. Se pide avanzar hacia un mercado común de defensa, mejorar la eficiencia del gasto militar conjunto, y garantizar que las capacidades necesarias estén disponibles sin depender de terceros.
Las evaluaciones comenzarán en octubre, con una hoja de ruta elaborada por la Comisión que incluirá metas progresivas y criterios de seguimiento, incluyendo el grado de cumplimiento por parte de cada Estado miembro.
Mientras tanto, España se mantiene firme en su posición, convencida de que el 2,1% es “realista, suficiente y alineado con nuestras capacidades”, tal y como ha defendido el Gobierno ante la presión diplomática de la Alianza Atlántica y los socios comunitarios. La pugna por el modelo de defensa europeo continúa, con la mirada puesta en Bruselas... y en Washington.