Declaraciones

Tensión, reproches y dimisión: Leire Díez comparece tras los audios filtrados y abandona el PSOE en plena tormenta interna

La exmilitante socialista asegura que actuó como periodista, no en nombre del partido, y acusa una "mala interpretación" de sus palabras. Aldama irrumpe y la acusa de mentir.

María Leire Díez Castro
photo_camera María Leire Díez Castro

La exmilitante del PSOE Leire Díez, conocida en los círculos políticos como la "fontanera" de Ferraz, ha protagonizado una tensa y mediática comparecencia este miércoles en el Hotel Novotel de Madrid, tras el estallido del escándalo que la vincula con una presunta trama de obtención de información comprometedora sobre mandos de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. La aparición sorpresa del empresario Víctor de Aldama, imputado en la trama de los hidrocarburos, ha desatado una escena caótica que ha obligado a Díez a abandonar la rueda de prensa entre gritos e interrupciones.

La polémica saltó tras la filtración de una serie de audios publicados por El Confidencial, en los que supuestamente Díez ofrecía favores administrativos a empresarios y abogados a cambio de información sensible sobre agentes de la UCO e incluso algún fiscal, en una operación que ha levantado sospechas de interferencias políticas en investigaciones judiciales cercanas al Gobierno.

En su intervención, Díez se ha defendido argumentando que su actuación formaba parte de un trabajo periodístico que realiza para un libro de investigación, centrado en "los estragos del falso patriotismo y las tramas de los hidrocarburos". “No soy ni fontanera ni cobarde, ni he actuado en nombre de nadie. Mi trabajo no lo he hecho en representación del PSOE ni de ninguna otra entidad”, ha asegurado con firmeza.

Víctor de Aldama, sin embargo, ha rebatido sus palabras de forma abrupta. Apareciendo sin previo aviso, ha interrumpido la comparecencia acusándola de “mentirosa” y calificando su intervención de “pantomima”. “Se van a enterar ésta, Santos Cerdán y el presidente del Gobierno”, ha exclamado ante los medios, refiriéndose también al número tres del PSOE. El enfrentamiento culminó con un empujón del empresario Javier Pérez Dolset a Aldama, en un intento de calmar los ánimos al finalizar el acto.

A lo largo de su declaración, Díez ha insistido en que los fragmentos escuchados en los audios podrían estar “mal formulados” o sacados de contexto. Según su versión, en ningún momento se ofrecieron tratos ilegales, sino que simplemente “se puso sobre la mesa una posibilidad jurídica abierta en el ordenamiento español”.

La crisis se agravó ayer, cuando Díez acudió a la sede del partido en Ferraz para comparecer ante los servicios jurídicos del PSOE, encabezados por Alberto Cachinero. Tras dos horas de declaración, presentó su baja voluntaria como afiliada, lo que ha tenido un efecto inmediato: el expediente informativo abierto por el partido queda paralizado, ya que al no ser militante, no puede ser objeto de medidas disciplinarias internas.

Díez ha recalcado que continuará con su labor como periodista de investigación, y ha dejado claro que su militancia no condiciona su trabajo: “Se puede ser periodista y socialista. Yo estaba comprometida con el partido, pero ante todo soy una ciudadana con derechos”.

Este episodio añade presión sobre la dirección del PSOE en un momento delicado, y plantea nuevas dudas sobre la conexión entre el poder político y determinadas tramas investigadas judicialmente. Mientras tanto, el nombre de Leire Díez continúa resonando como símbolo de un conflicto interno que amenaza con dejar cicatrices en el seno del partido.