El exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, ha anunciado este jueves su dimisión de todos los cargos orgánicos y políticos, así como la renuncia a su acta de diputado, tras conocerse un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que lo vincula con una supuesta trama de cobro de comisiones ilegales. Esta red estaría relacionada con adjudicaciones públicas en el Ministerio de Transportes durante la etapa de José Luis Ábalos, e incluiría también a su exasesor Koldo García.
El informe, de 490 páginas, entregado al Tribunal Supremo, ha motivado que el juez instructor, Leopoldo Puente, haya ofrecido a Cerdán declarar voluntariamente el próximo 25 de junio, al considerar que existen “indicios consistentes” de cohecho y organización criminal. Entre las pruebas destacadas figuran ocho grabaciones registradas por el propio Koldo García, en las que se alude a pagos concretos, como los 550.000 euros “de los que descontamos”, según recoge una conversación con Cerdán.
En los audios, se detallan repartos de mordidas, con cifras asignadas a adjudicaciones de obras en ciudades como Murcia, Logroño, Sevilla y Tarragona. Cerdán aparece mencionado como el gestor de los pagos y como figura clave en la operativa de reparto de fondos. Según la UCO, habría actuado como intermediario entre empresas beneficiarias —como Acciona— y el entorno de Ábalos y Koldo, incluso cuando ya no formaban parte del Ejecutivo.
Además de las comisiones, el informe recoge un mensaje de julio de 2014 que apunta a un posible amaño en las primarias del PSOE que ganó Pedro Sánchez. En él, Cerdán instruye a Koldo para que introduzca papeletas de votantes ausentes: “Apuntas como que han votado y metes las dos papeletas”, dice el mensaje recogido por los agentes.
En su comunicado de renuncia —sin membrete del PSOE—, Cerdán ha defendido su inocencia y ha asegurado que jamás ha cometido ilegalidades. A pesar de dimitir, ha insistido en que comparecerá voluntariamente ante el Supremo. “En defensa de este partido y del Gobierno, he decidido presentar mi dimisión y entregar mi acta”, afirmó.
Impacto político y reacciones en cadena
La salida de Cerdán supone un golpe directo al núcleo de confianza de Pedro Sánchez, dado que era uno de sus hombres fuertes en la estructura del partido y negociador clave con socios como Junts. La consternación en las filas socialistas ha sido notable: varias fuentes del PSOE han manifestado tristeza, indignación y sensación de abandono por parte de la dirección.
Desde la oposición, el PP ha calificado el caso como una “trama mafiosa” en el entorno del Gobierno, mientras que socios como Sumar o ERC han pedido medidas urgentes y ejemplares. La líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha reclamado una “respuesta contundente” y ha urgido al PSOE a exigir el acta de Cerdán incluso antes de que él mismo anunciara su dimisión.
Mientras tanto, en el PSOE se teme que este escándalo pueda suponer un punto de inflexión en la legislatura, ya que la magnitud de las acusaciones afecta al actual corazón del partido. Las especulaciones sobre una posible reestructuración interna e incluso sobre el futuro del mandato socialista se multiplican.
Trama estructural y metodología delictiva
Según la UCO, los implicados habrían creado un sistema de adjudicación amañada, en el que se sobrevaloraban determinadas ofertas para que las empresas afines obtuvieran puntuación suficiente, incluso incurriendo en prácticas como la manipulación de informes técnicos. El informe también hace referencia a una red de contactos y flujos económicos que implican a sociedades instrumentales, como Servinabar 2000, y a la fundación Fiadelso, vinculada a Ábalos, como posibles canales de distribución de fondos.
Una crisis de confianza que amenaza al Gobierno
La dimisión de Cerdán marca el primer gran derrumbe institucional en el seno del PSOE desde que estalló el caso Koldo, y su impacto trasciende al plano judicial. El partido, que hasta ahora había cerrado filas en torno a su secretario de Organización, se enfrenta a una crisis de confianza interna y externa que podría condicionar los próximos pasos del Ejecutivo y alterar el equilibrio parlamentario.
Pedro Sánchez, por el momento, guarda silencio, lo que ha aumentado la presión para que el presidente tome una posición clara. La oposición y sus socios ya demandan respuestas urgentes y depuración de responsabilidades en el entorno más próximo del jefe del Ejecutivo.