Este incremento responde a condiciones climáticas favorables para la floración, como un invierno suave y lluvias abundantes. Los bomberos actúan cuando los enjambres aparecen cerca de viviendas, centros escolares, hospitales o zonas infantiles, lugares en los que podrían representar un riesgo para la población. El protocolo consiste en capturar a la abeja reina en una caja cazaenjambres, que posteriormente es recogida por apicultores para su reubicación en entornos naturales.
Nueva línea de ayudas al sector apícola
Coincidiendo con el Día Mundial de las Abejas, el Gobierno regional ha anunciado una nueva convocatoria de ayudas por valor de 85.000 euros, ampliables a 120.000, dirigidas a fomentar la producción, formación y comercialización de productos apícolas. Estas ayudas, que se pueden solicitar telemáticamente hasta el 2 de junio, están cofinanciadas por el FEADER y la Administración General del Estado.
Actualmente, la Comunidad de Madrid cuenta con 13.682 colmenas distribuidas en 114 municipios, con una producción anual de 220 toneladas de miel. Las ayudas podrán destinarse a gastos en asesoramiento, formación, análisis de calidad, promoción y apoyo a laboratorios, entre otros.
Proyectos de investigación ante amenazas como la varroa
El Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) también participa activamente en la protección de las abejas mediante dos proyectos:
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Apisost, que analiza la interacción entre la abeja doméstica (Apis mellifera) y otras especies de insectos.
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Néctar 2.0, enfocado en estudiar la reducción de la producción apícola y la aparición de la varroa, un ácaro parásito altamente destructivo.
Asimismo, se ha habilitado una isla de biodiversidad en el Arco Verde, dentro del monte de Valdelatas, entre Madrid y Alcobendas, como refugio de polinizadores y preservación de flora autóctona.
Abejas: polinizadores clave en peligro
Las abejas, junto a mariposas, colibríes o murciélagos, desempeñan un papel esencial en los ecosistemas. La Comunidad de Madrid reitera su compromiso con su protección como pilar básico para la reproducción de cultivos, la biodiversidad y la salud medioambiental. El aumento de intervenciones por enjambres es un reflejo directo del impacto de la actividad humana y los cambios climáticos sobre su comportamiento natural.