La Comunidad de Madrid ha completado las obras de ampliación y mejora del enlace entre las carreteras M-500 y M-503, una actuación estratégica que busca reducir la congestión y mejorar la fluidez del tráfico en uno de los principales corredores de acceso y salida del oeste metropolitano. Este tramo es utilizado cada día por cerca de 45.000 vehículos y conecta con puntos clave como Pozuelo de Alarcón, Aravaca, Somosaguas y la Casa de Campo.
La intervención, que ha estado a cargo de la Dirección General de Carreteras de la Consejería de Vivienda, Transportes e Infraestructuras, arrancó hace nueve meses con el objetivo de mejorar la capacidad de absorción de tráfico en un punto tradicionalmente conflictivo, especialmente en horas punta.
Nuevas infraestructuras: carril trenzado y mejoras en la seguridad vial
El proyecto ha incluido la construcción de un carril trenzado, solución técnica que permite el entrecruzamiento seguro de vehículos que se incorporan y salen en diferentes direcciones. Para ello, se ha ampliado el carril de deceleración hacia Aravaca y se ha prolongado en 800 metros el carril de salida en dirección Madrid, lo que permitirá una integración más gradual y segura del tráfico.
En términos de ejecución, se han empleado 3,5 millones de toneladas de material para pavimentación y 730.000 metros cúbicos de armazón de malla metálica para la contención de taludes, especialmente en la zona próxima a la Casa de Campo, una de las áreas naturales más protegidas del entorno urbano madrileño.
Impacto regional y conexión con grandes corredores
La mejora del enlace tendrá un impacto directo en la movilidad de los municipios del área metropolitana oeste, como Majadahonda, Las Rozas de Madrid y Boadilla del Monte, al facilitar los accesos a vías de alta capacidad como la A-6, M-30 y M-40. Se espera que la nueva infraestructura contribuya a reducir los tiempos de trayecto, mejorar la seguridad vial y disminuir la contaminación asociada a retenciones.
En el marco de una estrategia regional de conservación
Esta actuación se enmarca dentro de la Estrategia de Conservación y Explotación de Carreteras 2023-2026 del Gobierno regional, un plan que cuenta con una inversión total de 204 millones de euros y que permite mantener en condiciones óptimas los más de 2.500 kilómetros de carreteras bajo titularidad autonómica. La inversión equivale a 25.000 euros por kilómetro, destinándose a tareas de rehabilitación de firmes, acondicionamiento de márgenes, y mantenimiento de estructuras, señalización, semáforos y alumbrado público.
Con esta finalización, la Comunidad de Madrid refuerza su compromiso con la modernización de las infraestructuras viarias y la mejora de la movilidad intermunicipal, pilares fundamentales para sostener el crecimiento urbano y económico de la región.