El Observatorio Demográfico del CEU-CEFAS, dirigido por Joaquín Leguina y coordinado por Alejandro Macarrón, ha publicado su estudio “Demografía de la delincuencia”, un análisis exhaustivo sobre la evolución de los delitos más graves en España. El informe destaca que, aunque el país sigue siendo uno de los más seguros de Europa, se aprecia un aumento alarmante de las tentativas de homicidio, las violaciones y la usurpación de viviendas, fenómenos que los autores relacionan con una menor eficacia penal y el incremento de la inmigración procedente de América y África.
España mantiene una baja tasa de homicidios, pero crecen las tentativas
Según los datos del Ministerio del Interior y del INE, España mantiene una tasa de homicidios intencionados de entre 0,6 y 0,7 por cada 100.000 habitantes, una de las más bajas del mundo. Sin embargo, las tentativas de homicidio se han disparado, lo que el estudio atribuye a la rápida actuación policial y los avances médicos, que evitan que muchas agresiones terminen en muertes consumadas.
El informe también revela que más del 90% de los homicidios son cometidos por hombres y que la propensión a matar es notablemente superior entre los extranjeros residentes. En 2023, el 93% de los condenados por homicidio fueron varones, y la tasa entre inmigrantes duplicó la de los nacidos en España.
Violencia de género: cifras moderadas y un enfoque cuestionado
El estudio sostiene que España es el país de Europa Occidental con menor tasa de mujeres asesinadas por sus parejas (media 2014-2023), pero advierte del uso político del concepto de violencia de género. Según el CIS, solo el 0,3% de los españoles considera este tema entre los tres principales problemas nacionales, frente al 30% que cita la vivienda o el 20% la inmigración.
En los homicidios catalogados como “de violencia de género”, los extranjeros duplican las tasas de los españoles, con una presencia destacada de agresores africanos e iberoamericanos. Además, casi el 40% de los homicidas por este tipo de delitos tiene más de 50 años, un dato que rompe el patrón de delincuencia juvenil.
Auge de violaciones y delitos sexuales
El Observatorio advierte de que las violaciones han crecido un 143% entre 2019 y 2024, pasando de 2.143 a 5.206 casos anuales, y que los delitos contra la libertad sexual superan los 21.000. Aun así, España sigue muy por debajo de países como Suecia, Francia o Reino Unido. Las estadísticas muestran que la propensión a cometer delitos sexuales es mucho mayor entre extranjeros, especialmente entre africanos e hispanoamericanos.
Por territorios, Cataluña encabeza el ranking de violaciones, seguida de Baleares, País Vasco y Navarra, con Lérida como la provincia con mayor tasa por habitante.
Descenso de robos, pero Cataluña y Valencia siguen al frente
A diferencia de los delitos sexuales, el informe constata una leve mejora en los delitos contra la propiedad: los robos con violencia han bajado un 7% desde 2019, los hurtos un 10% y los robos en domicilios un 26%. Sin embargo, Cataluña concentra el mayor número de robos por habitante, seguida de la Comunidad Valenciana y Madrid.
El fenómeno de la okupación, una “anomalía española”
Uno de los apartados más críticos del informe se centra en la usurpación de viviendas, que el CEU considera “una forma de robo tolerada por el Estado”. Desde 2010, el Ministerio del Interior ha registrado casi 170.000 casos de allanamiento o usurpación, pero menos de la mitad de los okupas han sido detenidos. Cataluña vuelve a liderar este ranking, con una tasa 3,6 veces superior al resto de España, mientras que el 52% de los detenidos son extranjeros.
Terrorismo yihadista y bandas latinas: delincuencia importada
El estudio recuerda que el terrorismo yihadista ha causado más de 200 muertos en España desde 2004 y que más del 70% de los implicados eran de origen marroquí. También alerta sobre el auge de las bandas latinas, especialmente en Madrid, donde se produjeron 4.000 detenciones entre 2021 y 2024, con más de 1.600 armas blancas incautadas.
Más extranjeros en prisión: una sobrerrepresentación preocupante
A julio de 2024, el 31% de los reclusos en cárceles españolas eran extranjeros, pese a representar solo el 15% de la población adulta. Entre ellos, los marroquíes (9,3%) y argelinos (2,1%) son los grupos más numerosos. Su tasa de encarcelamiento es 2,5 veces mayor que la de los españoles, y hasta 15 veces superior en el caso de los argelinos.
Endurecer la ley y controlar la inmigración
El Observatorio Demográfico concluye que España mantiene niveles bajos de criminalidad general, pero presenta un deterioro preocupante en los delitos más graves. El informe recomienda reforzar los medios policiales y judiciales, aumentar las penas y establecer un control más estricto de los flujos migratorios, especialmente de los irregulares.
“La delincuencia no es homogénea —subraya el documento—. La edad, el sexo, el origen y el entorno social determinan las diferencias. Pero el Estado tiene la obligación de garantizar que la ley se cumpla con la misma firmeza para todos.”