Dos autobuses llenos de ilusión partieron desde el hospital hacia el centro de la capital para que más de 20 niños, acompañados por sus familiares y personal sanitario, pudieran disfrutar del tradicional alumbrado navideño de las emblemáticas calles de Madrid.
Los niños, la mayoría de ellos pacientes que reciben tratamiento ambulatorio, como diálisis o seguimiento de enfermedades crónicas, fueron acompañados por enfermeras y pediatras para asegurar su bienestar durante el recorrido. Además, algunos de los participantes también forman parte de las áreas de Cardiología, Oncología y Pediatría, lo que subraya la importancia de ofrecerles un respiro y momentos de alegría en medio de su tratamiento.
Para estos niños, muchos de los cuales tienen sistemas inmunodeprimidos o requieren cuidados especiales, esta salida representó una oportunidad única para disfrutar de la Navidad fuera del hospital. Con el acompañamiento de sus familiares, la excursión permitió a los pequeños recorrer las calles más icónicas de Madrid, como la Gran Vía, Alcalá, O'Donnell o Goya, admirando las luces y la decoración festiva.
Razvan, un niño de nueve años que recibe tratamiento de hemodiálisis, expresó su felicidad tras el paseo: “Este viaje ha sido muy bonito, sobre todo por poder ver las luces con mis amigos del Hospital de Día. Hemos cantado villancicos y ha sido un sueño”. Otro niño, emocionado por la belleza de las luces de la Gran Vía, comentó que lo más bonito de la excursión fue ver cómo brillaban las calles adornadas.
La copresidenta de la Comisión de Humanización del Hospital Gregorio Marañón, Nuria Mira, resaltó la importancia de este tipo de iniciativas para el bienestar emocional de los niños. “Este tipo de actividades les permite olvidarse un poco de las máquinas, los sueros y los monitores. Queremos que vivan la Navidad como cualquier otro niño, fuera del entorno hospitalario y rodeados de sus seres queridos”, explicó.
Para hacer aún más especial esta excursión, la EMT obsequió a los niños con pizarras electrónicas, que recibieron con gran entusiasmo. Los padres agradecieron este gesto navideño, que contribuyó a hacer de esta experiencia un recuerdo inolvidable para los pequeños y sus familias.
Esta actividad forma parte del calendario navideño del hospital, que cada año organiza diversas acciones para humanizar el proceso de tratamiento y permitir que los niños disfruten de las fiestas a pesar de las dificultades que enfrentan debido a su enfermedad. Sin duda, un día lleno de sonrisas y esperanza para todos los involucrados.
