Inteligencia Artificial

EEUU lanza Stargate: el megaproyecto privado con el que busca liderar la inteligencia artificial

El conglomerado liderado por OpenAI y respaldado por Trump podría alcanzar los 500.000 millones de dólares en inversión privada, pero genera críticas de Musk y dudas sobre su viabilidad energética
El conglomerado liderado por OpenAI y respaldado por Trump podría alcanzar los 500.000 millones de dólares en inversión privada, pero genera críticas de Musk y dudas sobre su viabilidad energética
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El gobierno de Estados Unidos ha presentado Stargate, un ambicioso conglomerado multinacional de empresas privadas destinado a convertir al país en el epicentro de la inteligencia artificial (IA). Impulsado por OpenAI, Oracle, SoftBank y MGX, este macroproyecto busca desarrollar centros de datos e infraestructuras esenciales para el avance de modelos de IA con una inversión inicial de 100.000 millones de dólares, que podría ascender a 500.000 millones en los próximos cuatro años, si logra atraer nuevas inversiones privadas.

El presidente Donald Trump ha aprovechado la presentación para colgarse la medalla política de este avance, aunque el proyecto se gestó durante la administración de Joe Biden y ha sido completamente financiado por el sector privado. La estrategia detrás de Stargate apunta a reforzar la posición de Estados Unidos en la carrera tecnológica global frente a China. No obstante, el proyecto también mira a Europa, donde OpenAI ya ha abierto oficinas en Múnich, París y Bruselas con la intención de replicar esta iniciativa, siempre que los marcos regulatorios europeos lo permitan.

División en el sector tecnológico y críticas de Elon Musk

Pese a su presentación como una iniciativa clave para consolidar el liderazgo de Estados Unidos en IA, Stargate ha generado divisiones dentro del propio sector tecnológico. Microsoft y BlackRock, por ejemplo, han apostado por una estrategia independiente, lanzando un fondo de inversión paralelo de 30.000 millones de dólares para la construcción de centros de datos y proyectos energéticos. Meta, por su parte, ha anunciado una inversión de hasta 65.000 millones de dólares en infraestructura y refuerzo de sus equipos de IA.

Uno de los principales detractores de Stargate es Elon Musk, actual líder del recién creado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y asesor clave de Trump. Musk ha puesto en duda la viabilidad del proyecto y, en particular, la capacidad financiera de SoftBank para sostener su inversión de 10.000 millones de dólares. También ha lanzado duras críticas contra OpenAI, compañía que cofundó junto a Sam Altman y de la que se desvinculó por diferencias estratégicas. En respuesta, Altman, con el respaldo de Trump, ha defendido el proyecto y ha invitado a Musk a visitar el primer centro de datos en construcción.

Dudas sobre la viabilidad energética y el impacto laboral

El ambicioso plan de infraestructura de Stargate también ha generado preocupaciones sobre su impacto en el sistema energético estadounidense. La administración Trump ha propuesto declaraciones de emergencia para acelerar la construcción de al menos 10 centros de datos en Texas, permitiéndoles generar su propia electricidad. Sin embargo, políticos locales han advertido sobre una posible escasez de suministros energéticos debido al aumento de la demanda que este proyecto podría generar.

En términos laborales, aunque la construcción de estas infraestructuras creará cientos de miles de empleos en el corto plazo, los expertos advierten que la IA está destinada a automatizar muchas de estas tareas a largo plazo, lo que podría reducir drásticamente la cantidad de puestos de trabajo permanentes que realmente generará Stargate.

Una apuesta estratégica con interrogantes a futuro

Si bien el lanzamiento de Stargate refuerza el liderazgo estadounidense en IA, el megaproyecto enfrenta desafíos tanto financieros como regulatorios. Con Musk como opositor, una industria dividida y dudas sobre la capacidad energética del país, el éxito de esta iniciativa dependerá de su capacidad para atraer inversores y superar los obstáculos políticos y económicos que se presenten en el camino. Mientras tanto, el sector tecnológico global sigue atento a los próximos movimientos de Estados Unidos en su intento por dominar el futuro de la inteligencia artificial.