La Campaña Contra el Ruido 2025 ha lanzado este 30 de abril un contundente mensaje de alerta en el marco del Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, reclamando una mayor protección frente a los efectos nocivos de la contaminación acústica sobre las personas, los animales y el medio ambiente.
La iniciativa, respaldada por entidades como AECOR, CEAV, FACUSPAT, FACR, AICE, JCR, SEA y SEORLCCC, subraya que el ruido es el segundo factor de carga ambiental de enfermedades en Europa, solo por detrás de la contaminación atmosférica. Según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente, el ruido causa molestias severas en 22 millones de personas y contribuye a 22.000 muertes prematuras al año en Europa.
Además, se calcula que 6,5 millones de personas sufren trastornos crónicos del sueño derivados de la exposición al ruido, que también provoca 48.000 cardiopatías y deterioro cognitivo en 12.500 menores. En España, se registran anualmente 4.000 hospitalizaciones y 1.000 muertes prematuras relacionadas con este contaminante invisible.
La campaña recuerda que el ruido nocturno es especialmente dañino, alterando las fases del sueño sin necesidad de que la persona se despierte. Estas alteraciones provocan mayor irritabilidad, somnolencia diurna y reducción del rendimiento, así como un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, metabólicas y mentales a largo plazo.
"El ruido que no nos despierta también nos afecta", advierten los impulsores, quienes insisten en que la exposición continua, incluso a niveles moderados, impacta gravemente en la salud colectiva y la biodiversidad.
El informe también llama la atención sobre el impacto económico de la contaminación acústica. Según el Handbook on the external costs of transport (2020), el coste anual para una persona expuesta a 62 decibelios de tráfico se estima en 342 euros, sin contar otras fuentes de ruido. Además, la contaminación acústica devalúa los inmuebles y afecta la calidad de vida urbana.
Con más del 68% de la población viviendo en ciudades en 2050, según ONU-Hábitat, la campaña urge a reducir las fuentes de ruido, apostar por diseños urbanos más silenciosos y fomentar espacios de descanso protegidos.
Desde la Campaña Contra el Ruido 2025 se hace un llamamiento a la concienciación social y a la acción institucional inmediata para proteger la salud pública, prevenir desigualdades y garantizar el derecho fundamental al descanso.
"Frenar la contaminación acústica es una cuestión de salud pública", concluyen los organizadores, reclamando medidas preventivas, ágiles y eficaces que conviertan a las ciudades en lugares más saludables y habitables.