Foro Nueva Economía

Marisol Garmendia reivindica una Euskadi plural y cohesionada en un acto del Foro Nueva Economía en Bilbao

La delegada del Gobierno en Euskadi defiende el papel del Ejecutivo central como motor del progreso vasco, subraya el compromiso con el autogobierno y rechaza el uso del euskera y del derecho a decidir como herramientas de confrontación

Marisol Garmendia en el  Foro Nueva Economía en Bilbao
photo_camera Marisol Garmendia en el Foro Nueva Economía en Bilbao

En un encuentro celebrado esta mañana en el marco del Foro Nueva Economía - Tribuna Euskadi, la delegada del Gobierno en el País Vasco, Marisol Garmendia, ha ofrecido un discurso de marcado carácter institucional en el que ha reivindicado la cooperación entre administraciones como eje fundamental del desarrollo y la cohesión social y territorial. Arropada por representantes del ámbito político, empresarial, social y académico vasco, Garmendia ha trazado una visión de Euskadi como una comunidad que “solo tiene futuro en una España plural, solidaria y democrática”.

La jornada ha contado con el apoyo de BBK y Solaria como entidades patrocinadoras y ha sido introducida por Begoña Gil, quien ha elogiado la trayectoria política, humana y profesional de Garmendia, destacándola como “una mujer comprometida, ejemplo de lucha por los valores y principios socialistas”.

España y Euskadi, unidas ante los retos comunes

Durante su intervención, Garmendia ha rechazado de forma tajante los discursos de ruptura y ha insistido en que “Euskadi sola no puede”, subrayando que los desafíos del presente —la digitalización, la descarbonización, la transición demográfica o la competitividad económica— solo pueden afrontarse desde la suma y la colaboración. “Unidos hacemos más, valemos más y somos más fuertes”, ha señalado, apuntando que el Gobierno de España no representa una injerencia en Euskadi, sino un aliado activo en su transformación económica y social.

En esta línea, ha puesto en valor los 673 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (fondos Next Generation) ya desplegados en la comunidad, con un alto grado de ejecución —en torno al 80 %—, y ha destacado que Euskadi lidera el ranking per cápita de recepción de fondos europeos.

Autogobierno sí, pero con seguridad jurídica

Preguntada por el traspaso de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, Garmendia ha defendido que el Gobierno mantiene un compromiso claro con el desarrollo del Estatuto de Gernika, habiendo realizado ya 18 transferencias en siete años —cuatro de ellas durante el último año—, frente a “cero” con gobiernos anteriores. Ha matizado, sin embargo, que “las prisas no son buenas consejeras” y ha reivindicado que cada nueva transferencia se haga con plena seguridad jurídica para evitar conflictos legales posteriores.

Contra el populismo, más humanismo

La delegada también ha alertado sobre el auge del populismo y de las identidades excluyentes, y ha llamado a fortalecer una sociedad vasca “abierta, cívica y democrática”. En ese marco, ha defendido el papel de la educación y la universidad como motores de valores humanistas y ha reivindicado que “las universidades deben formar en competencias, pero también en ciudadanía y en democracia”.

En cuanto al euskera, Garmendia ha sido tajante: “No debe ser un arma de confrontación, sino un instrumento de entendimiento”. Ha recordado que las sentencias judiciales no van contra el idioma, sino contra su aplicación indiscriminada en ciertos perfiles de empleo público.

Defensa de la memoria y acogida solidaria

En el tramo final del acto, ha tenido palabras de reconocimiento a las víctimas del terrorismo, apelando a la necesidad de preservar la memoria y el compromiso democrático de las nuevas generaciones. También ha defendido con firmeza la instalación del Centro de Refugiados de Arana en Vitoria, subrayando que “Euskadi ha sido tierra de acogida y debe seguir siéndolo”.

En este sentido, ha reiterado que el nuevo reglamento de extranjería facilitará la integración laboral y social de la población inmigrante, recordando que el País Vasco necesitará 100.000 nuevos trabajadores en los próximos diez años y que “sin inmigración no hay futuro para Euskadi”.

Perspectiva de futuro

Finalmente, Garmendia ha reivindicado el papel de la Delegación del Gobierno como puente institucional y ha manifestado que su labor debe ser la de “acompañar, facilitar e intermediar” en beneficio de la ciudadanía vasca. Ha asegurado que el Ejecutivo central seguirá presente y comprometido con Euskadi, no como imposición, sino como socio necesario en la construcción compartida de un país más justo, moderno y plural.

La intervención ha cerrado con un mensaje claro: “España no se rompe, está más unida que nunca. Euskadi no se divide, se fortalece compartiendo”.