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Feijóo apuesta por gobernar en solitario y rechaza "cordones sanitarios" a Vox: "O Sánchez, o yo"

El líder del PP lanza su nueva carrera a la Moncloa desde el 21 Congreso Nacional del partido con un discurso centrado en estabilidad, unidad y regeneración

Alberto Núñez Feijóo saluda a los compromisarios del PP en la clausura del 21 Congreso Nacional del partido | Foto de PP/David Mudarra
photo_camera Alberto Núñez Feijóo saluda a los compromisarios del PP en la clausura del 21 Congreso Nacional del partido | Foto de PP/David Mudarra

El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha escenificado este domingo el punto de partida de su renovado camino hacia la Presidencia del Gobierno con un claro mensaje: aspira a gobernar en solitario, sin cordones sanitarios hacia Vox ni vetos al PSOE cuando este se distancie del "sanchismo". En un discurso cargado de contenido político e ideológico, Feijóo dejó clara su intención de situarse como única alternativa de poder real a Pedro Sánchez y consolidar un nuevo ciclo en el liderazgo del centroderecha español.

Durante la clausura del 21 Congreso Nacional del PP, que congregó a más de 3.000 compromisarios en un ambiente de euforia interna, Feijóo explicó que su objetivo no es repetir fórmulas de coalición como la del actual Gobierno. “Solo hay dos opciones: o Sánchez, o yo. No hay más. Y yo quiero un Gobierno en solitario porque el único en coalición que ha habido hasta la fecha no ha funcionado”, aseguró, en clara referencia a la alianza entre PSOE y Sumar.

Sin ministros de Vox, pero sin vetos

Feijóo cerró la puerta a un Gobierno de coalición con Vox, aunque se resistió a comprometerse a no contar con su apoyo en una investidura. “No vamos a establecer un cordón sanitario. Vox es la tercera fuerza política de este país y sus votantes merecen un respeto”, subrayó. También mantuvo su apertura al diálogo con el PSOE sin Pedro Sánchez al frente, defendiendo la recuperación de consensos en grandes asuntos de Estado, algo que —según él— hoy es inviable con el actual presidente.

Sin embargo, fue contundente con EH Bildu, asegurando que, si es presidente, les interpelará en su primer discurso en el Congreso y no negociará nada con ellos “mientras no pidan perdón a las víctimas de ETA y ayuden a esclarecer sus crímenes”. Este mensaje provocó la ovación más intensa del acto.

Diez medidas en cien días

Feijóo también esbozó un ambicioso plan de acción para sus primeros 100 días de Gobierno, con diez medidas destacadas. Entre ellas, un plan de regeneración democrática, una nueva ley de lenguas que garantice el castellano como lengua vehicular en toda España, un plan urgente de vivienda, más recursos para las fuerzas de seguridad, refuerzo sanitario con incremento del número de médicos y un plan nacional del agua.

Además, se comprometió a revisar las subidas fiscales de la era Sánchez, promover el incremento del salario mínimo en diálogo con agentes sociales y a reforzar el sistema judicial reformando el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y la Fiscalía General del Estado, para “eliminar los comisarios políticos”.

Una nueva etapa para el PP

Feijóo quiso situar este congreso como “el acto fundacional de un nuevo tiempo” para su partido y para el país. “El cambio no llegará solo por desgaste. Llegará por nuestra capacidad de dar esperanza”, dijo, reclamando una política que devuelva la confianza a los ciudadanos desde la normalidad institucional y el cumplimiento constitucional.

Cargó duramente contra el Ejecutivo de Sánchez, acusándolo de normalizar lo irregular, permitir la corrupción y deteriorar servicios públicos clave como los trenes, la electricidad o la sanidad. Mencionó incluso la ley del ELA, recordando que sigue sin dotación presupuestaria pese a haber sido aprobada.

Objetivo: mayoría suficiente

El líder del PP no ocultó que todas las encuestas actuales muestran que necesitaría a Vox para alcanzar el Gobierno. Su apuesta es lograr una mayoría suficiente que le permita gobernar en solitario, buscando una posible abstención de Vox en la investidura, sin incluirles en el Gobierno.

Finalmente, Feijóo se comprometió a que su política será un ejercicio de vocación, no de ambición, citando al expresidente Adolfo Suárez y marcando distancia con lo que considera “una política tóxica y desleal” de los últimos años. Aunque fuentes de su entorno negaron que tratara de emular al líder de la Transición, su discurso giró en torno a la reconstrucción institucional, el consenso perdido y la centralidad como fórmula para recuperar la estabilidad.

Con esta intervención, Feijóo se posiciona claramente como alternativa al sanchismo, desplegando un programa de medidas inmediatas, abriendo la puerta a pactos con amplios sectores parlamentarios y cerrando filas en torno a un PP que busca ensanchar su base electoral sin renunciar a sus principios.