La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reafirmó este domingo su visión de la capital como “el antídoto contra el comunismo”, durante su intervención en la jornada de clausura del XXI Congreso Nacional del Partido Popular. Ayuso vinculó directamente la libertad de los madrileños con un modelo de gestión que, en su opinión, contrasta con el intervencionismo y la dependencia promovidos por el actual Gobierno central.
“Cuando uno prueba la libertad, ya no quiere vivir de otra manera”, sentenció Ayuso ante un auditorio entregado. Según la líder regional, Madrid representa un estilo de vida libre, valiente y autosuficiente, alejado de lo que considera un sistema de subsidios y victimismo promovido desde el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Ayuso defendió que en Madrid “gestionamos recursos, no sentimientos ni proyectos personales”, y subrayó que las subvenciones deben destinarse solo a quienes verdaderamente lo necesitan, “para los que no pueden, no para los que no quieren”. En esa línea, reivindicó a la región como un refugio para quienes huyen de regímenes autoritarios, especialmente desde Cataluña, el País Vasco, Europa del Este o América Latina.
Durante su intervención, Ayuso acusó al presidente del Gobierno de haber convertido a España en “un infierno fiscal y burocrático”, al servicio de colectivos subvencionados y políticas identitarias. Aseguró que los ciudadanos están “lastrados por ocurrencias administrativas” que paralizan a las empresas y asfixian a los contribuyentes. “El más inútil impone su norma desde cualquier despacho, arrastrándonos a debates absurdos que siempre acaban en una subvención”, denunció.
Ayuso también abordó la crisis interna del PSOE, a raíz del Comité Federal celebrado este sábado en la calle Ferraz, al que se refirió como una “pelea a tortas” entre el **‘sanchismo-comunismo’ y los pocos socialistas decentes”. A juicio de la presidenta madrileña, el socialismo clásico ha sido reemplazado por una ideología que “expropia vidas y genera pobreza”, y criticó duramente al presidente castellanomanchego, Emiliano García-Page, por haber sido abucheado por pedir un mínimo de decencia y sentido institucional.
Con contundencia, Ayuso afirmó que “ya no hay reglas del juego ni respeto por la verdad; solo bandos, cinismo y la muerte política del adversario”, en clara alusión al uso partidista de las instituciones por parte del Gobierno. Según sus palabras, Sánchez ha asumido los excesos del poder, reconociendo que “somos corruptos, tenemos el Gobierno más grande, pero inútil de la historia, todo va peor… pero no gobierna la derecha”, ironizó.
La dirigente popular concluyó su intervención con una defensa cerrada del modelo madrileño como ejemplo de convivencia, ambición y progreso, frente a lo que considera un clima nacional de confrontación y decadencia institucional.
El Congreso Nacional del PP ha servido como escaparate de unidad interna en torno al liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, quien fue reelegido presidente con un apoyo del 99,24%. Ayuso, alineada públicamente con Feijóo durante todo el cónclave, reiteró su respaldo para que el líder gallego “devuelva España a todos los españoles” y termine con lo que considera el “experimento fallido” del actual Ejecutivo.
