La XXVII Conferencia de Presidentes, celebrada en el Palacio de la Magdalena de Santander, finalizó este viernes sin avances significativos ni acuerdos concretos entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y los líderes autonómicos, especialmente los del Partido Popular. La esperada cumbre, la primera en casi tres años, se convirtió en una jornada de críticas cruzadas y desacuerdos sobre financiación autonómica, inmigración, vivienda y sanidad. Bajas expectativas cumplidas
Desde el inicio, las expectativas eran bajas, y la falta de consenso lo confirmó. La presidenta de Cantabria y anfitriona del encuentro, María José Sáenz de Buruaga, inició la jornada sacando a relucir sus diferencias con Sánchez respecto a la financiación singular de Cataluña. Estas tensiones se extendieron durante toda la reunión, marcada por el malestar de los líderes populares por la falta de preparación previa y propuestas concretas.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, resumió el sentir general al criticar las “carpetas vacías” entregadas a los dirigentes autonómicos: "Si realmente quiere acuerdos, hay que actuar de otra manera. Esto ha sido una mera puesta en escena."
Financiación autonómica y quita de deuda
Uno de los puntos más polémicos fue el anuncio de Sánchez de una quita de deuda autonómica que será abordada en enero. Los líderes del PP calificaron la medida como un “parche” que no resuelve los problemas estructurales del sistema de financiación. El presidente de Murcia, Fernando López Miras, exigió una propuesta integral para reformar el modelo en un plazo de un año.
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, criticó la falta de equidad en el trato hacia Cataluña y defendió que la condonación de deuda se limite a regiones como la Comunidad Valenciana, afectadas por la reciente DANA.
"Que se presente con el mensaje de que quiere convertirnos en una república federal, con Cataluña como nación con caja propia, y que los españoles decidan en unas elecciones", retó Ayuso a Sánchez.
Por su parte, Salvador Illa, presidente de la Generalitat de Cataluña, respondió a las críticas, acusando a los barones del PP de “practicar la insolidaridad fiscal” con sus políticas de rebaja de impuestos.
Inmigración: choque de propuestas
En materia de inmigración, se discutió la gestión de menores extranjeros no acompañados. Los presidentes de Canarias y País Vasco, Fernando Clavijo e Imanol Pradales, propusieron un modelo de reparto basado en indicadores como población, PIB per cápita y tasa de desempleo. Sin embargo, el PP mantuvo su postura crítica hacia la falta de control en las fronteras y reclamó mayor responsabilidad al Gobierno central.
Vivienda y sanidad: compromisos sin concreción
Sánchez anunció su intención de “blindar de forma permanente e irreversible” la vivienda pública y de aprobar una reforma de la Ley del Suelo, mientras que los barones del PP reclamaron más suelo disponible y rebajas fiscales para incentivar la compra de viviendas, como la reducción del IVA al 4% en la adquisición del primer hogar.
En sanidad, Sánchez presentó un plan para aumentar las plazas universitarias en profesiones médicas, condicionado a la cofinanciación de las comunidades autónomas. El PP, por su parte, pidió la creación de al menos 1.000 plazas MIR adicionales al año.
Reproches por los tiempos y tensiones personales
Las intervenciones de los presidentes autonómicos estuvieron limitadas a 10 minutos, una regla que generó tensiones durante la jornada. Según fuentes, Sánchez fue más flexible con los líderes de Cataluña, País Vasco y Madrid, mientras que otros como Carlos Mazón (Comunidad Valenciana) y Jorge Azcón (Aragón) se sintieron apremiados al exponer los problemas de sus territorios.
El vicepresidente de Melilla, Miguel Marín, recibió un comentario despectivo por parte de Sánchez cuando superó su tiempo asignado: “Usted ni siquiera es presidente”. Este comentario fue calificado como “vergonzoso” por los compañeros de partido de Marín.
Sin acuerdos y con más división
La Conferencia de Presidentes terminó con una nueva convocatoria para el primer semestre de 2025 en Barcelona, pero sin acuerdos concretos. Mientras el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, habló de “éxito”, los líderes del PP expresaron su decepción.
Desde Madrid, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, criticó duramente la falta de resultados: "Sánchez dedica más tiempo a negociar con Junts en Suiza que a buscar acuerdos de Estado con las autonomías."
La cumbre dejó claro que las diferencias entre el Gobierno central y los líderes autonómicos, especialmente los populares, siguen siendo profundas, y que los grandes pactos de Estado deberán esperar.