Verano

El helado artesanal resiste en Madrid entre la innovación y la sostenibilidad

El consumo de helado en España se mantiene estable en 2025, con una creciente apuesta por productos artesanales, saludables y sostenibles. Las heladerías madrileñas reivindican su papel como espacios de disfrute y calidad frente a la competencia industrial.

Helado artesanal en Madrid - Pixabay/Stocksnap
photo_camera Helado artesanal en Madrid - Pixabay/Stocksnap

En un contexto marcado por la inflación alimentaria y los cambios en los hábitos de consumo, el helado se mantiene como uno de los productos más valorados del verano en España. Con un consumo medio en el hogar de 3,33 litros por persona al año y una fuerte concentración en los meses estivales, el mercado del helado continúa estable, con especial protagonismo del segmento artesanal en zonas urbanas como Madrid.

Según datos oficiales recogidos por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, entre junio de 2023 y mayo de 2024 se consumieron 140 millones de litros de helado en España, una cifra prácticamente idéntica al año anterior (-0,6 %). La mitad de ese volumen se concentra en el tercer trimestre, mientras que en invierno el consumo cae al 7 %. En total, el helado representa el 10,3 % del consumo de derivados lácteos, por detrás de las leches fermentadas y los quesos.

Madrid, tercera región con mayor consumo de helado

El área metropolitana de Madrid concentra el 13,3 % del consumo nacional, siendo la tercera zona del país en volumen tras Andalucía (22,3 %) y la región de Levante (18,9 %). El perfil de consumidor más intensivo se encuentra en poblaciones de entre 200.000 y 500.000 habitantes, con una ligera mayoría de mujeres (53,4 %) frente a hombres (46,6 %).

El consumo fuera del hogar —que incluye helados comprados en establecimientos, centros educativos, espacios de trabajo o en casa de otras personas— alcanza los 0,84 litros por persona al año, aunque ha descendido un 8 % debido a la menor frecuencia de compra. Este segmento, no obstante, mantiene una presencia significativa en heladerías tradicionales y artesanas, que siguen siendo el canal más habitual para la compra de helado en entornos urbanos.

El helado artesanal se afianza frente al industrial

La calidad, frescura y vinculación con lo local hacen del helado artesanal una alternativa cada vez más apreciada por los consumidores. Su menor contenido en aire (entre el 30 % y el 35 %) y su elaboración diaria refuerzan su imagen como producto fresco. Los sabores clásicos como vainilla, chocolate y turrón siguen siendo los más demandados, pero se observa un crecimiento sostenido de sabores frutales, tropicales o de inspiración vegana, especialmente en zonas costeras y áreas urbanas.

El auge de las heladerías independientes y artesanas ha mejorado la accesibilidad al helado de calidad, mientras que el consumo en el hogar también se diversifica gracias al canal de venta directa y al reparto a domicilio. Esta evolución ha permitido a los pequeños productores mantener la relación con su clientela incluso más allá del mostrador.

Subida de precios y presión sobre la rentabilidad

El precio del helado ha experimentado una subida del 30 % en los últimos tres años. Para este 2025, se prevé un aumento adicional del 5 % al 10 %, impulsado por el encarecimiento de materias primas como leche, mantequilla, frutos secos y cacao, así como por el aumento de los costes energéticos, del transporte refrigerado y del alquiler de locales. A esto se suman nuevas exigencias normativas en sostenibilidad y mejoras salariales.

Sin embargo, el sector no ha trasladado completamente estos incrementos al precio final. En el caso del helado artesanal, muchos productores han optado por utilizar ingredientes alternativos o fórmulas ajustadas para mantener la rentabilidad sin sacrificar la calidad.

Innovación, sostenibilidad y fidelidad del consumidor

La Asociación Nacional de Heladeros (ANHCEA) considera que 2025 será un año decisivo para el sector, marcado por la innovación, el compromiso medioambiental y la adaptación a nuevos hábitos de consumo. El mercado avanza hacia una oferta cada vez más personalizada: helados vegetales, sin lactosa, bajos en azúcar o con sabores exóticos como matcha o yuzu ganan terreno entre los consumidores con restricciones dietéticas o interés por productos más saludables.

Además, el consumo del helado se caracteriza por ser mayoritariamente impulsivo, entre horas y no planificado, lo que lo convierte en un producto ideal para propuestas creativas y de alta rotación.

Sello artesano y apuesta local en la Comunidad de Madrid

En la Comunidad de Madrid, entidades como ASEMPAS (Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de la Pastelería de Madrid) promueven la calidad del helado artesanal a través del “Sello Artesano de Calidad”, creado en 2018 con el apoyo institucional de la Comunidad de Madrid. Este distintivo garantiza la elaboración tradicional, la frescura del producto y el cumplimiento de rigurosas normas higiénico-sanitarias en los establecimientos acreditados.

Desde la asociación se insiste en la importancia de consumir en negocios que apuestan por la cercanía, la elaboración diaria y la autenticidad como valores diferenciales frente a la oferta industrial o de grandes superficies.

El helado, más allá del verano

Aunque el consumo de helado sigue vinculado a la temporada estival, su creciente presencia en el hogar y en formatos accesibles durante todo el año refuerza su papel como producto emocional y gastronómico. En Madrid, donde las temperaturas extremas son cada vez más frecuentes, el helado no solo se consume, sino que se reivindica como parte de la cultura urbana y del comercio de proximidad.