La vuelta del baloncesto tras el parón internacional no trajo buenas noticias para el Flexicar Fuenlabrada, que cayó con claridad ante Monbus Obradoiro (97-69) en un duelo que refleja el estado actual del conjunto madrileño: plantilla corta, ausencia de referentes interiores y un desgaste físico que se paga a partir del segundo cuarto. El equipo de Iñaki Martín, que acudió a Santiago con solo diez efectivos y sin los recién fichados Alex Renfroe y Brooks DeBisschop, acusó también la salida reciente de Cameron Martin y Alex Murphy, dos bajas que han dejado al equipo muy debilitado en rotación y peso ofensivo.
Fuenlabrada comenzó con energía, compitiendo e incluso dominando el ritmo en un primer cuarto de intercambio anotador que se cerró con ventaja visitante (23-25). Vitor Benite, faro ofensivo del equipo y máximo anotador fuenlabreño con 15 puntos, sostuvo el pulso exterior junto a un activo Mateo Díaz, pero el esfuerzo inicial no encontró continuidad. Lo que fue una batalla igualada se transformó pronto en un choque desequilibrado.
El segundo cuarto marcó la ruptura del partido. El Obradoiro, firme en defensa y superior físicamente, dejó a Fuenlabrada con tan solo tres canastas en juego durante el parcial, acumulando errores en el tiro y desgaste en piernas que obligaron al técnico madrileño a tirar de minutos largos para sus titulares. La gasolina se agotó pronto. El descanso llegó con un 46-37 que ya evidenciaba un giro drástico en el encuentro.
A la vuelta, la brecha se hizo abismo. Obradoiro firmó un parcial demoledor de 16-0 y Fuenlabrada se quedó sin respuestas ante el empuje local, que encontró puntos constantes en la pintura. La escuadra gallega dominó con solvencia el rebote y aprovechó el cansancio rival para correr, anotar y cerrar el tercer cuarto con un contundente 72-49. El último periodo fue trámite y castigo: la diferencia creció y el partido quedó sentenciado mucho antes del bocinazo final.
A pesar del esfuerzo, el conjunto madrileño volvió a tropezar con un problema ya recurrente: la anotación. Tras un primer cuarto esperanzador, los porcentajes se desplomaron y los ataques se hicieron espesos. Díaz y Daniel Manchón acompañaron a Benite con 11 puntos cada uno, pero el equipo, obligado a alargar minutos por falta de rotación, acabó ahogado por el ritmo y la intensidad compostelana.
Con el décimo tercio de liga ya avanzado, el equipo necesita oxígeno. Las incorporaciones de Renfroe y DeBisschop se perciben como un salvavidas para devolver equilibrio interior, dirección de juego y descanso a los titulares. La afición quiere creer que el cambio está cerca; la clasificación y las sensaciones exigen que lo sea.
El Flexicar Fuenlabrada mira al futuro inmediato con urgencia competitiva y esperanza en lo que está por llegar. La Primera FEB no espera, y la reacción debe ser tan profunda como rápida.