El Espacio Cultural Serrería Belga cumple cien años y lo celebra con dos exposiciones que reivindican su vínculo con la literatura y la memoria cultural de Madrid: Mil y un Quijotes. De El Paular al Castillo de Peralada y Los cafés literarios de Madrid. El Café de Pombo, inauguradas por la delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz. Ambas muestras estarán abiertas al público hasta el 23 de noviembre.
El Quijote como eje literario
La primera exposición reúne por primera vez fuera del Castillo de Peralada más de 300 piezas de gran valor artístico de una de las colecciones cervantinas privadas más importantes del mundo. Entre ellas destacan primeras ediciones del Quijote impresas en 1605, 1608 y 1615, así como las primeras traducciones al francés, italiano e inglés.
También se exhiben ediciones singulares como el primer Quijote en miniatura (1827), una edición de corcho de 1905, la versión japonesa ilustrada por Serizawa Keisuke (1936) o la edición parisina de 1957 con 12 litografías originales de Salvador Dalí.
La muestra incluye además un boceto al óleo de Josep Maria Sert para el mural del Waldorf Astoria de Nueva York, así como 30 dibujos inéditos de los hermanos Carnicero y obras de artistas como Daniel Vierge o José Jiménez Aranda.
Según la comisaria Susana García, estas obras permiten recorrer el legado del coleccionista Miguel Mateu, cuyo inicio en los años 20 coincide con la construcción de la Serrería Belga, subrayando así la conexión histórica entre ambas efemérides.
Los cafés literarios y el legado del Pombo
La segunda exposición, Los cafés literarios de Madrid. El Café de Pombo, invita a recorrer la edad dorada de estos establecimientos entre los siglos XVIII y XX. La muestra reproduce el ambiente de las tertulias que acogieron a escritores como Valle-Inclán, Galdós, Baroja o Manuel Machado, con especial atención al Café de Pombo, donde en 1912 Ramón Gómez de la Serna impulsó la célebre tertulia conocida como “la sagrada cripta de Pombo”.
El recorrido incluye actas inéditas de las tertulias de 1944 y 1949, fotografías, dibujos, objetos de época y un fragmento de la novela gráfica Los caballeros de la Orden de Toledo. Comisariada por Vicente Sáez, la exposición conecta la historia de los cafés como espacios de libertad con la vocación cultural de la Serrería Belga.
Un centenario con mirada literaria
El edificio, diseñado por Manuel Álvarez Naya en 1925, conserva la memoria de los pinares del Paular, cuya madera sirvió para imprimir la primera edición del Quijote. Hoy, convertido en espacio cultural, impulsa proyectos que enlazan literatura, arte y memoria con iniciativas como el Espacio Letras y un programa de actividades paralelas a estas exposiciones.
Con este doble homenaje, la Serrería Belga celebra su centenario reafirmándose como un punto de encuentro cultural en pleno barrio de las Letras y como un espacio que conecta la tradición literaria con la creación contemporánea.