El lienzo, un prodigio de composición y color, constituye uno de los mejores exponentes del talento creativo del pintor flamenco y de su influencia en la historia del arte europeo.
Un ejemplo de maestría barroca
La pintura destaca por su complejidad compositiva, el estudio anatómico de los personajes y un uso magistral del color, en especial de los tonos cálidos y de la luz. La escena, que representa el combate entre Sansón y un león, genera un gran impacto visual y demuestra el dominio técnico de Rubens en la creación de obras monumentales de fuerte carga emocional.
En Sansón y el león confluyen dos corrientes estéticas clave del Barroco: la idealización heroica de la Antigüedad clásica y el detallado realismo de tradición nórdica. Este equilibrio convierte al cuadro en una pieza única dentro de la producción del artista.
Relevancia histórica y patrimonial
Más allá de su valor artístico, el cuadro posee una notable importancia histórica y cultural. Originalmente decoró el Salón Nuevo del Real Alcázar de Madrid, una muestra del gusto coleccionista del rey Felipe IV y de las fluidas relaciones artísticas entre la monarquía hispánica y los territorios flamencos. Más tarde, formó parte de las prestigiosas colecciones del Marqués de Leganés, en el siglo XVII, y del Infante don Sebastián Gabriel de Borbón, en el siglo XIX.
Actualmente, la obra pertenece a una colección privada y se encuentra en buen estado de conservación, tanto el lienzo como el marco de madera tallada y dorada que la acompaña desde el siglo XIX.
Un paso más en la protección del patrimonio cultural
Con esta declaración como Bien de Interés Cultural, la Comunidad de Madrid reconoce y protege una pieza de excepcional valor que enriquece el patrimonio artístico de la región. La inclusión de Sansón y el león en el catálogo de bienes protegidos garantiza su preservación para futuras generaciones y consolida a Madrid como referente en la conservación del arte barroco.