Defensa

El Gobierno se compromete a alcanzar "cuanto antes" el 2% del PIB en gasto de defensa

Pilar Alegría asegura que España es un "socio fiable" y avanza en capacidades estratégicas

 
Pilar Alegría en rueda de prensa | Foto de archivo del PSOE
photo_camera Pilar Alegría en rueda de prensa | Foto de archivo del PSOE

La portavoz del Gobierno y ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, ha reiterado este sábado el compromiso del Ejecutivo con el objetivo de alcanzar el 2% del Producto Interior Bruto (PIB) en inversión en defensa, y ha asegurado que la intención es lograrlo “cuanto antes” y sin esperar a 2029, el plazo inicialmente fijado por la OTAN.

En declaraciones a los medios, Alegría ha destacado que “desde el primer momento, como socio fiable que somos, hemos mantenido ese compromiso” y ha remarcado que el Gobierno está decidido a acelerar el cumplimiento del acuerdo de Gales, alcanzado durante el mandato de Mariano Rajoy.

“Teníamos el requisito de cumplirlo en 2029, y hemos trasladado y acordado que vamos a llegar lo antes posible”, señaló la ministra.

Más de 10.000 millones anuales

Alegría recordó que, desde la llegada de Pedro Sánchez a la Presidencia, el gasto en defensa se ha incrementado significativamente, superando los 10.000 millones de euros anuales en inversión. No obstante, insistió en que no se trata solo de cifras, sino de avanzar en capacidades clave.

“Cuando hablamos de defensa y seguridad no debemos centrarnos únicamente en el dato del PIB. Hablamos de reforzar nuestras capacidades, apostar por la digitalización y por nuevas tecnologías que vamos a necesitar en el futuro”, añadió.

Prudencia sobre nuevos fondos

Preguntada por la posible aprobación de 2.000 millones adicionales en el próximo Consejo de Ministros para reforzar el gasto militar, Alegría no quiso confirmar la cifra y apeló a la cautela:

“Hay que ser prudentes”, zanjó la portavoz.

El Gobierno se alinea así con los compromisos de los países miembros de la OTAN, en un contexto internacional marcado por la creciente inestabilidad geopolítica y la modernización de las capacidades estratégicas europeas.