La figura del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, se encuentra bajo una creciente presión internacional sin precedentes. La corrupción que salpica a su entorno político, familiar e institucional, así como la gestión de la Ley de Amnistía y los ataques al poder judicial, han provocado una reacción contundente en el Parlamento Europeo, donde numerosos eurodiputados han reclamado su dimisión y la convocatoria inmediata de elecciones generales.
El debate, celebrado bajo el título “Salvaguardar el Estado de derecho en España”, ha puesto de manifiesto el hartazgo de buena parte del arco político europeo con lo que consideran una deriva autoritaria y corrupta del Ejecutivo español. Parlamentarios del Partido Popular Europeo (PPE), y representantes de distintos países como Suecia, Rumanía, Polonia, Alemania, Portugal, Países Bajos y Bulgaria, acusaron directamente a Sánchez de erosionar las instituciones democráticas y socavar la independencia judicial.
"Mr. Sánchez, la fiesta is over"
El sueco Tomas Tobé fue uno de los más contundentes: “Si esto ocurriera en mi país, el primer ministro dimitiría y convocaría elecciones”. En la misma línea, el rumano Siegfried Mureșan advirtió que “España está en riesgo de perder fondos europeos” si no garantiza el respeto al Estado de derecho, al tiempo que acusó al Gobierno de usar los recursos comunitarios “con fines partidistas y personales”.
Desde Polonia, el eurodiputado Michal Wawrykiewicz denunció que “la ley está siendo desmantelada desde dentro por el propio jefe del Ejecutivo” y alertó de que “la justicia ha sido transformada en un arma de autoprotección”. Añadió que el presidente español “persigue a fiscales y jueces que investigan a su entorno” y que “ni su esposa ni su hermano están al margen de los escándalos”.
Una larga lista de acusaciones
En el pleno, la vicepresidenta del PPE, Dolors Montserrat, expuso un listado de denuncias que ya ha hecho su partido en el Congreso: amaño de primarias, comisiones ilegales, contratos públicos vinculados a prostitución, implicaciones de familiares directos de Sánchez, y un fiscal general procesado. “Esto no es una democracia plena, es una corrupción de Estado. Y en Europa se dimite por mucho menos”, afirmó.
También intervinieron la alemana Lena Düpont, quien denunció que la justicia española está “bajo presión institucional sin precedentes”; el portugués Sebastião Bugalho, que calificó la situación como “una tragedia en el corazón de Europa”; y el neerlandés Dirk Gotnik, quien lamentó que la UE haya “mirado hacia otro lado” durante demasiado tiempo.
El búlgaro Andrey Kovatchev fue directo: “España necesita nuevas elecciones y un Gobierno que respete el Estado de derecho”, mientras que el maltés David Casa recordó el caso del ex primer ministro Joseph Muscat, obligado a dimitir tras el asesinato de una periodista que investigaba corrupción. “Sánchez debe hacer lo mismo”, sentenció.
La prensa internacional tampoco calla
La prensa europea y anglosajona también ha reflejado la tensión creciente. The Times calificó a Sánchez como "Mr. Teflon", en alusión a su capacidad para sortear los escándalos, y pidió abiertamente su dimisión. The Telegraph lo definió como “el presidente más envuelto en casos de corrupción de Europa”, mientras que Financial Times advirtió sobre “un riesgo institucional sin precedentes” si permanece en el cargo.
Medios como la BBC, Bloomberg, Politico o La Repubblica han informado de las acusaciones vertidas en el Parlamento Europeo, recogiendo el malestar creciente entre diplomáticos y dirigentes europeos, preocupados por el deterioro de la imagen democrática de España y el posible impacto sobre las relaciones con Bruselas.
El informe sobre el Estado de derecho, clave en julio
La Comisión Europea presentará en julio su informe anual sobre el Estado de derecho, y las declaraciones del comisario Michael McGrath no pasaron desapercibidas: “Necesitamos garantías institucionales para que fiscales y jueces trabajen sin injerencias”. En ese contexto, varias voces pidieron que España sea examinada con el mismo rigor que Hungría o Polonia, dada la magnitud de las acusaciones.
La respuesta de Sánchez: silencio y autodefensa
Desde La Moncloa, la estrategia se basa en minimizar la gravedad de las acusaciones, vincularlas a una campaña de la oposición y defender la “soberanía nacional”. Sin embargo, los hechos –procesamientos de altos cargos, investigaciones a familiares y creciente contestación interna en el PSOE– socavan la narrativa del Gobierno.
Pedro Sánchez permanece, por ahora, aferrado al cargo, mientras su imagen se debilita dentro y fuera del país. Pero Europa ha hablado con claridad: exige responsabilidades, transparencia y elecciones inmediatas para restaurar la confianza en las instituciones democráticas españolas. El próximo informe de la Comisión Europea y las reacciones ciudadanas en España marcarán, probablemente, el desenlace de esta crisis política de alcance continental.