Palacio de la Prensa

10 curiosidades que quizás no conocías sobre el Palacio de la Prensa

A punto de cumplir su centenario, el Palacio de la Prensa sigue siendo un símbolo emblemático de Madrid
Palacio de la Prensa
photo_camera Palacio de la Prensa

Situado en el corazón de la Gran Vía, este edificio no solo es reconocido por su imponente fachada de ladrillo rojo, sino también por su fascinante historia, cargada de anécdotas, resiliencia y transformaciones. A continuación, repasamos diez aspectos que quizás no sabías sobre este mítico lugar.

  1. El primer rascacielos de Madrid
    Inaugurado en 1928, con 58 metros de altura y 16 plantas, fue el rascacielos más alto de Madrid hasta que, al año siguiente, el Edificio Telefónica lo superó. Pionero en la altura y el estilo neoyorquino, marcó un hito arquitectónico en la capital.

  2. Subir al cine en ascensor
    Su cine, inaugurado en 1929, innovó con un ascensor para acceder a la sala. Un detalle que causaba largas colas, pero que destacaba por la originalidad. Esta característica se mantuvo hasta 1941, cuando se añadieron entradas a pie de calle.

  3. Un superviviente de guerra
    Durante la Guerra Civil española, el Palacio de la Prensa recibió 72 impactos de proyectiles, pero resistió como un símbolo de fortaleza. Tras el conflicto, fue restaurado y continuó su actividad cultural y social.

  4. La azotea de Lorca
    La 15ª planta fue la sede de La Barraca, la mítica compañía de teatro de Federico García Lorca. Desde allí, organizaba giras por España, llevando el teatro clásico a los pueblos más remotos, marcando una parte importante de la historia cultural española.

  5. La revista La Codorniz
    Durante los años 40 y 50, el Palacio fue el hogar de la revista La Codorniz, una publicación satírica que sorteó la censura franquista con humor inteligente y audaz, convirtiéndose en un referente de la cultura española de la época.

  6. Inspiración neoyorquina
    El arquitecto Pedro Muguruza, con solo 28 años, diseñó el edificio inspirado en la Escuela de Chicago y en el Auditorio de Louis Sullivan. Su fachada de ladrillo visto rompió con la estética de la época y dejó una huella perdurable en la arquitectura madrileña.

  7. Cine dentro y fuera de la pantalla
    En 1932, el director Edgar Neville rodó Yo quiero que me lleven a Hollywood, usando el Palacio como escenario. Más que un cine, se convirtió en un lugar de creación cinematográfica, con una de las salas más grandes y modernas de Madrid en su época.

  8. Salón de té, viviendas y una discoteca
    A lo largo de los años, el Palacio de la Prensa ha sido mucho más que un cine. En sus primeras décadas, fue residencia para periodistas y artistas, tuvo un salón de té de la alta sociedad y, más tarde, una discoteca.

  9. De carteles pintados a pantallas LED
    El edificio fue pionero en la publicidad cinematográfica, con carteles pintados a mano en su fachada. Hoy, su imagen se mantiene viva con pantallas LED, adaptándose a la modernidad sin perder su identidad.

  10. Patrimonio vivo
    En 2017, el Palacio fue declarado Bien de Interés Patrimonial. Lejos de convertirse en un museo estático, sigue siendo un epicentro cultural, con cine, teatro y eventos en vivo, demostrando que la mejor manera de conservar el patrimonio es mantenerlo activo.

El Palacio de la Prensa no solo es parte del pasado de Madrid, sino también del presente y futuro de la ciudad. A medida que se acerca su centenario en 2030, este emblemático edificio sigue siendo un lugar de encuentro y creatividad, demostrando que la memoria histórica puede convivir con la modernidad.