Empleo

Julio negro para empresas y trabajadores: se destruyen 87.790 empleos y cierran 7.915 compañías en España

El Ministerio de Trabajo confirma un mes devastador para la economía: julio dejó casi 88.000 empleos destruidos y el cierre de 7.915 empresas

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El mes de julio de 2025 ha supuesto un golpe durísimo para la economía española. Según los datos publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, en apenas 30 días se han destruido 87.790 empleos y han desaparecido 7.915 empresas inscritas en la Seguridad Social, confirmando una tendencia de fragilidad en el mercado laboral.

Las caídas se han extendido prácticamente a todos los tamaños empresariales. En el caso de los pequeños negocios de 1 a 2 trabajadores, se han perdido más de 4.700 compañías, mientras que las empresas medianas de entre 50 y 249 empleados sufren la mayor sangría relativa, con un descenso del 1,3% y la destrucción de más de 50.000 puestos de trabajo.

La única excepción la constituyen las grandes empresas de más de 500 trabajadores, que han logrado crear empleo de manera marginal. Sin embargo, este leve crecimiento no compensa la magnitud de las pérdidas en el resto del tejido productivo.

Un drama para las pymes y los autónomos

Este panorama golpea especialmente a las pequeñas y medianas empresas (pymes), que representan el verdadero motor del empleo en España. La desaparición de este volumen de compañías y puestos de trabajo en un solo mes refleja lo que muchos empresarios y autónomos denuncian desde hace tiempo: que la recuperación económica anunciada desde el Gobierno no se corresponde con la realidad del mercado laboral.

El economista José Ramón Riera ha calificado la situación de “muy seria” y advierte que, de repetirse en los próximos meses, España podría “entrar en un auténtico drama social y económico”. Riera, además, subraya la gravedad del dato: “7.915 empresas han hecho ‘caput’ y han dejado de pagar cotizaciones sociales por 87.000 trabajadores”.

Un síntoma de agotamiento estructural

Los analistas coinciden en que julio ha sido un mes negro para empresas y trabajadores, pero también un síntoma de los problemas estructurales que arrastra la economía española: dependencia excesiva de pymes vulnerables, alta temporalidad en el empleo y un contexto internacional marcado por la incertidumbre.

Más allá de los discursos oficiales, los datos reflejan un agotamiento del mercado laboral, en el que la base productiva sigue debilitándose. La situación pone en duda la sostenibilidad futura de la Seguridad Social y obliga a plantear políticas más eficaces que refuercen al tejido empresarial y garanticen estabilidad en el empleo.