Movistar Estudiantes sufrió su primera derrota de la temporada tras un vibrante partido en Burgos, cayendo 94-91 frente a Grupo Ureta Tizona. A pesar de la remontada y las oportunidades en los minutos finales, los estudiantiles no lograron culminar su esfuerzo en una cancha siempre difícil. El encuentro, repleto de altibajos, dejó lecciones importantes para un equipo que había comenzado la temporada con buenas sensaciones.
El quinteto elegido por Pablo Rivero – Granger, Schmidt, Garino, Andrić y Barro – comenzó con dificultades en ataque. Tardaron más de dos minutos en anotar sus primeros puntos, mientras que los locales salieron muy enchufados, aprovechando su acierto exterior. El primer cuarto fue cuesta arriba para los colegiales, quienes no encontraron su ritmo en defensa ni en ataque, terminando con un 29-19 desfavorable.
En el segundo cuarto, Movistar Estudiantes mostró una ligera mejoría. Con Granger asumiendo el liderazgo, el equipo consiguió mantenerse en el partido, aunque seguía sin desplegar su mejor juego. El acierto desde el perímetro, con tres triples consecutivos antes del descanso, permitió a los madrileños reducir la ventaja a nueve puntos (49-40), dejando el partido abierto.
La reacción definitiva de Movistar Estudiantes llegó tras el descanso. Los de Rivero salieron con una intensidad renovada y en tan solo cinco minutos lograron un parcial de 0-11 que igualó el marcador (56-56). Los triples de Schmidt y el acierto de Granger dieron la vuelta al partido, llegando incluso a liderar por seis puntos (65-71) en el inicio del último cuarto. Sin embargo, los locales no se rindieron y aprovecharon una falta antideportiva señalada a Alonso para recuperar el control del marcador (72-71).
El último tramo del partido fue un auténtico intercambio de golpes, donde ambos equipos se alternaban en el liderazgo del marcador. Movistar Estudiantes luchó hasta el final, logrando empatar el partido a 89 a falta de poco más de un minuto. Pero cuando parecía que el encuentro podía decantarse a su favor, Grupo Ureta Tizona Burgos mostró mayor sangre fría, anotando desde la línea de tiros libres y cerrando mejor en defensa para sentenciar el partido.
Un triple desde medio campo de Granger, que podría haber forzado la prórroga, estuvo a punto de entrar, pero finalmente no fue suficiente para evitar la derrota. El 94-91 final dejó a los colegiales con un sabor amargo, aunque con aspectos positivos de cara a los próximos compromisos.
A pesar de la derrota, Movistar Estudiantes demostró su capacidad de luchar y remontar en situaciones adversas. Esta primera derrota servirá como aprendizaje en una temporada que aún es larga y exigente. El equipo deberá centrarse en corregir errores, especialmente en el control de los momentos críticos, para seguir creciendo. Ahora toca mirar hacia adelante: el próximo partido será contra Palencia Baloncesto, otro rival complicado a domicilio, antes de volver a casa para disputar el último encuentro de la fase de grupos de la Copa de España.
