Premio Internacional Sial Pigmalión de Pensamiento y Ensayo 2023

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El Premio Internacional Sial Pigmalión de Pensamiento y Ensayo se crea en 1999 por el Grupo Editorial Sial Pigmalión, para premiar a autores de todo el mundo que hayan destacado como ensayistas, filósofos o críticos literarios.

Un jurado internacional muy prestigioso propone cada año a autores sobresalientes en los géneros de pensamiento, ensayo o crítica literaria y otorga este galardón, convocado para celebrar la fundación de nuestro grupo editorial, que en este año cumple su vigésimo cuarto aniversario. 

Este premio ha sido otorgado, entre otros, a los siguientes autores: Juan Manuel González, Vicenç Llorca, Ana María Navales, José Francisco Ruiz Casanova, María Payeras, José Manuel Lucía Megías, José María Paz Gago, Víctor Ivanovici, Carlos A. Midence, Julia Sabina Gutiérrez, David Felipe Arranz, José María Triper, etc. 

En la convocatoria de 2023, un jurado internacional formado por: José Almaraz Pestana, María Antonia García de León, Francisco Gutiérrez Carbajo, José Manuel Lucía Megías, Fabio Martínez (Colombia), Manuel Pecellín Lancharro, Pilar Pedraza Pérez del Castillo (Bolivia), Basilio Rodríguez Cañada, Nuria Rodríguez Lázaro y Asma Souissi (Túnez), concede por unanimidad este galardón al periodista y escritor extremeño José Julián Barriga Bravo, por su libro En defensa de la Transición. Memoria de un testigo afortunado.


 

José Julian Barriga BravoJosé Julián Barriga Bravo (Santiago del Campo, Cáceres, 1943), hijo adoptivo de Garrovillas de Alconétar. Periodista. Redactor del diario Hoy, Radio Nacional de España y de la agencia de prensa PYRESA. Corresponsal parlamentario del diario Pueblo de Madrid y de la revista Opinión. En la agencia EFE desempeñó los puestos de redactor jefe, subdirector y director de Coordinación y de Servicios Audiovisuales. Subdirector del diario Ya de Madrid. Director Adjunto de los Servicios Informativos de la Cadena COPE y jefe de Nacional de la revista Tiempo.

Durante los años de la Transición fue el primer director de los Servicios Informativos de la Presidencia del Gobierno, bajo el mandato de Adolfo Suarez. En 1981 fue designado director general de Relaciones Informativas de la Presidencia del Gobierno. 

Con posterioridad, fue nombrado director y consejero de la agencia especializada en información económica COMTELSA. Desde 1992 hasta su jubilación, director general de la agencia de prensa SERVIMEDIA. 

Ha participado en diferentes tertulias radiofónicas de COPE, Onda Cero, RNE, TVE, Veo-TV y Punto Radio. 

Ha pertenecido en diferentes etapas a la directiva de la Asociación de la Prensa de Madrid y está en posesión de la Cruz de Oro de la Solidaridad. Miembro de la Comisión de Arbitraje y Deontología de las Federación de Asociaciones de la Prensa de España. Patrono de la Fundación “Derecho y Discapacidad”. Premio Nacional CERMI a Medios de Comunicación. 

Presidente fundador del Club Sénior de Extremadura. Miembro numerario de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes con un discurso de ingreso “La contribución de los pensadores a la prosperidad de los pueblos/Aproximación crítica a la historia de Extremadura”. 

Autor de: Calleja del Altozano/Memorias de un lector inexperto (Beturia, 2012),  El maestro organero (Narrativa, 2017) y Europa desde Yuste. Entrevistas con los Premios Europeos Carlos V (Fundación Academia Europea de Yuste). Coordinador de los ensayos Qué nos pasa a los extremeños para estar donde estamos, Extremadura: identidad, cohesión y desarrollo, La imagen de las personas con discapacidad/Estudios en homenaje a José Julián Barriga Bravo.

En defensa de la Transición. Memoria de un testigo afortunado.

Este libro no es una historia más de la Transición, sino la crónica escrita por un testigo presencial de los hechos que se narran. Es también el relato de un periodista que ejerció su profesión durante más de cuarenta años junto a los protagonistas que alumbraron la etapa más floreciente, de mayor progreso y de más libertad de la historia de España. El valor del relato reside en el testimonio directo de quien vivió, desde 1966 a 2010, en primera fila o desde la barrera, y a veces desde el mismo ruedo, aquellos acontecimientos con el objetivo de irlos narrando en los periódicos de la época.

La crónica arranca en 1967 cuando en la dictadura ya comenzaban a aflorar las contradicciones y los conflictos internos ante la imposibilidad de perpetuar un sistema que mantenía en plena vigencia los instrumentos políticos, ideológicos y represivos surgidos de la Guerra Civil, y termina cuando la democracia está plenamente consolidada. Más de cuatro décadas de observación directa e ininterrumpida de cuanto ha sucedido en la política española con una única excepción, los casi cuatro años que el autor ejerció en la Moncloa, primero como director de los Servicios Informativos y más tarde como director general de Relaciones Informativas durante los gobiernos de Adolfo Suárez.

El relato, documentado e ilustrado con sus vivencias personales, describe la personalidad de los principales actores de la política, a la par que va narrando los momentos más importantes del periodo, mientras la Transición avanzaba sorteando escollos y dificultades y la democracia iba aprendiendo a convivir con toda suerte de contrariedades e incertidumbres. El testimonio personal del autor abunda en la descripción del papel que desempeñó cada uno de los cinco principales protagonistas de la Transición, deteniéndose especialmente en su relación con el presidente del Gobierno, Adolfo Suarez, que heredó en 1976 un viejo régimen dictatorial y entregó, cuatro años más tarde, un sistema democrático plenamente homologable a la Europa de nuestro entorno. A partir de octubre de 1978, la relación frecuente de un director de los Servicios Informativos con el presidente del Gobierno le permitió afianzar aún más la figura del político entusiasta, vigoroso, lleno de energía y con una enorme capacidad de seducción y, meses más tarde, presenció los primeros síntomas de abatimiento, y, poco después, vio a un hombre decaído, apesadumbrado y derrotado.

El libro no es solo el elogio de la Transición sino también el relato de sus “miserias” y de sus frustraciones porque no se pudieron solucionar dos de los más graves problemas que afectaban a España: el problema territorial y la reparación de las heridas causadas por la postguerra. Quedaron afortunadamente resueltas las otras tres grandes desgracias que justificaron los enfrentamientos ocurridos durante siglos: la cuestión social, el problema religioso y el problema militar. Con la Constitución del 78 quedó resuelta, y bien resuelta, la homologación de España con los países más avanzados. 

En defensa de la Transición. Memoria de un testigo afortunado se cierra con el compromiso de defender el legado de la Transición y los valores que la hicieron posible: diálogo y voluntad de consenso en un clima de libertad y de tolerancia. El autor expresa su convencimiento de que ninguna otra generación ha presenciado un cambio tan profundo y trascendente en lo económico, en lo social y en lo político. Nunca existió tanta concordancia y nunca las fronteras entre las “dos Españas” fueron tan permeables. Y, sin embargo -aclara-, no sería la primera vez que los españoles se embarcan en un nuevo retroceso histórico. Si lo hicieran -concluye-, habrán destruido la Constitución más consensuada de nuestra historia y el periodo de más libertad y progreso.