España, a la cola en prevención de incendios: invierte cuatro veces menos que Grecia y tres veces menos que Portugal
El Tribunal de Cuentas de la UE alerta: España ha destinado solo 221 millones de euros de fondos europeos a prevención, pese a ser uno de los países más afectados por el fuego y el segundo que más ayudas recibe de Bruselas.
España se quema cada verano… y no solo por las altas temperaturas. Según el Informe Especial 16/2025 del Tribunal de Cuentas Europeo, nuestro país invierte muy por debajo de sus vecinos mediterráneos en la prevención de incendios forestales: 221 millones de euros frente a los 615 millones de Portugal y los 837 millones de Grecia.
La comparación es aún más llamativa si se considera que España es 3,8 veces más grande que Grecia y 5,5 veces más extensa que Portugal. Y mientras ellos refuerzan sus cortafuegos y planes de gestión forestal, España continúa destinando una parte mínima de los fondos europeos a prevenir el fuego antes de que se declare.
Los incendios no esperan: el riesgo crece y la respuesta es desigual
En la UE, los incendios forestales arrasan de media 353.000 hectáreas al año, con pérdidas económicas que superan los 2.000 millones de euros y emisiones de unas 23 megatoneladas de CO₂. En España, la media desde 2003 se sitúa en 79.000 hectáreas quemadas anualmente, aunque en 2024 la cifra fue de unas 50.000 hectáreas.
Pese a este escenario, el informe revela que la planificación y el uso de los fondos en España no siempre son los mejore. En algunos casos, se han priorizado criterios de “cobertura geográfica” —repartir fondos por provincias— en lugar de dirigirlos a las zonas con mayor riesgo real.
Portugal y Grecia, modelos de cambio
- Portugal: tras los incendios de 2017 que dejaron más de cien víctimas mortales, el país reorientó su estrategia. En 2022, el 61% del presupuesto contra incendios se destinó a prevención, superando por primera vez el gasto en extinción.
- Grecia: tras los incendios extremos de principios de 2020, duplicó su inversión preventiva en la última revisión de su plan de recuperación, asignando 470 millones de euros a desbroce, cortafuegos y mantenimiento de caminos forestales.
En España, solo algunas regiones —como Galicia y Andalucía— han seguido esta tendencia, destinando más recursos a la prevención que a la respuesta y restauración.
Fondos europeos: oportunidad desaprovechada
El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) ofrecía una ocasión única para reforzar la protección frente a incendios. Sin embargo, España asignó apenas 221 millones de euros, frente a cifras muy superiores en países más pequeños.
El Tribunal de Cuentas advierte que en varios casos las decisiones se tomaron con prisas y sin consulta suficiente a las autoridades técnicas, y que la falta de planificación a largo plazo pone en riesgo la sostenibilidad de las medidas adoptadas.
Recomendaciones clave de Bruselas
El informe propone medidas concretas que España podría adoptar para mejorar:
- Usar mapas de riesgo actualizados y precisos.
- Asegurar presupuesto estable para el mantenimiento de cortafuegos y zonas desbrozadas.
- Aprovechar plenamente los datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) para evaluar el impacto real.
- Compartir buenas prácticas entre países y regiones.
La lección pendiente
La conclusión es clara: la prevención no es un gasto, es una inversión que salva vidas, ecosistemas y dinero público. Con el cambio climático alargando y agravando las temporadas de incendios, España no puede permitirse seguir a la cola en esta carrera. Los fondos están; lo que falta es priorizar su uso de forma estratégica, sostenida y basada en evidencias.