Castilla y León, desbordada por los incendios: Mañueco reclama al Ejército
La peor ola de incendios en décadas arrasa miles de hectáreas, provoca evacuaciones masivas y enfrenta a Junta y Gobierno sobre la necesidad de desplegar al Ejército más allá de la UME.
Castilla y León atraviesa estos días una de las situaciones más graves de su historia reciente. Con miles de hectáreas arrasadas, decenas de pueblos evacuados y el operativo autonómico al límite de sus capacidades, el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, ha pedido públicamente al Gobierno central que incorpore al Ejército de Tierra, en especial al Mando de Ingenieros, para reforzar la lucha contra el fuego.
En declaraciones al programa Agropopular de la Cadena Cope, Mañueco aseguró que la región vive una “situación sin precedentes” y reclamó “políticas de Estado” que permitan combatir los incendios fuera del debate partidista. Para ello, volvió a solicitar a Pedro Sánchez la convocatoria de una Conferencia de Presidentes monográfica y extraordinaria.
Altas temperaturas y viento: el cóctel perfecto para el fuego
El panorama meteorológico complica aún más la emergencia. La comunidad acumula 13 días consecutivos de ola de calor, con temperaturas por encima de los 30 grados, humedad por debajo del 30% y rachas de viento de hasta 70 km/h.
Estas condiciones, explicó Mañueco, son “la tormenta perfecta” para que los incendios se propaguen de forma incontrolada y dificulten las labores de los equipos de extinción, especialmente los medios aéreos.
Aunque durante la madrugada del sábado los incendios evolucionaron de manera “favorable”, el presidente advirtió que el fin de semana será “muy complicado” y pidió “tranquilidad y cabeza fría” a la población afectada.
La UME se multiplica, pero no basta
La Unidad Militar de Emergencias (UME) mantiene en todo el país un despliegue histórico: más de 3.400 militares y 450 medios en distintas comunidades, de los cuales 1.400 participan en ataque directo a los fuegos y más de 2.000 en misiones de apoyo. En Castilla y León, los esfuerzos se concentran en León, Zamora, Salamanca y Ávila, donde la situación es más crítica.
A pesar de ese despliegue, Mañueco insiste en que es insuficiente:
“La UME está volcada con España entera y con Castilla y León, pero necesitamos más. El Ejército puede garantizar la seguridad en los perímetros y apoyar en la vigilancia”, recalcó.
El Ejército de Tierra, por su parte, mantiene batallones en alerta para intervenir de inmediato en caso de que el Gobierno autorice su incorporación.
Dos voluntarios fallecidos y miles de evacuados
La magnitud de la catástrofe ya ha dejado víctimas. Dos voluntarios han perdido la vida en León mientras colaboraban en la extinción, y cuatro miembros de la UME resultaron heridos en León.
En paralelo, más de 6.000 personas han tenido que abandonar sus hogares en varias provincias de Castilla y León y Galicia, y se calcula que los incendios han destruido ya más de 100.000 hectáreas en el noroeste del país.
Mañueco lanzó un mensaje de apoyo a los damnificados:
“Vamos a estar al lado de cada agricultor, ganadero y apicultor. Todo lo destruido se repondrá, desde colmenas y animales hasta infraestructuras públicas y privadas”.
Una catástrofe que enfrenta a Gobierno y oposición
La crisis también ha generado un choque político. Desde la oposición, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó los incendios como una “crisis nacional” y reclamó al Ejecutivo que despliegue más medios militares. El Gobierno, en cambio, defiende que la UME ya está en plena operación y acusa a la oposición de buscar “polemizar en mitad de la emergencia”.
En medio del cruce de reproches, lo cierto es que la ola de incendios ha puesto a prueba la coordinación entre administraciones y reabierto el debate sobre la falta de un plan nacional estructurado contra grandes incendios forestales.
Terrorismo medioambiental y la amenaza de la intencionalidad
El presidente de la Junta no dudó en señalar a los responsables de provocar fuegos de manera intencionada como “terroristas medioambientales”, denunciando que actúan “cuando hay más viento y los medios aéreos no pueden volar”. Las investigaciones en curso deberán confirmar qué parte de los focos registrados tienen origen humano.
El futuro: ¿está España preparada para veranos cada vez más duros?
La emergencia en Castilla y León se suma a los incendios activos en Asturias, Galicia, Extremadura y Portugal, en un verano que amenaza con convertirse en el más destructivo de las últimas décadas en la Península Ibérica.
La gran incógnita que deja esta crisis es si España cuenta con la planificación, la coordinación interterritorial y los recursos suficientes para afrontar un escenario donde el cambio climático convierte los incendios extremos en un fenómeno recurrente.
Mientras tanto, los vecinos afectados solo piden lo mismo: que el fuego se detenga y que las ayudas lleguen pronto.