Génova se prepara para acometer una reforma profunda de sus estatutos en el Congreso Nacional del Partido Popular, que se celebrará del 4 al 6 de julio en Madrid. Entre las novedades más relevantes, el partido estudia eliminar la obligatoriedad de celebrar los congresos regionales inmediatamente después del congreso nacional, como establece hasta ahora su normativa interna. Además, también está sobre la mesa una modificación del sistema de primarias, que podría sustituir el modelo mixto actual por una fórmula más representativa.
El dirigente popular Daniel Sirera, miembro del equipo redactor de la nueva ponencia de estatutos, explicó en una entrevista en Servimedia que el objetivo es dotar al partido de mayor flexibilidad organizativa. “Los congresos tienen que ser instrumentos al servicio del partido y no deben ser un problema”, afirmó Sirera. “Tenemos que tener la capacidad de que se celebren cuando sea bueno para el partido celebrarlos”, añadió.
Flexibilidad frente al automatismo actual
Actualmente, los estatutos del PP establecen que los congresos regionales deben celebrarse en los cuatro meses posteriores al Congreso Nacional, salvo decisión expresa del Comité Ejecutivo Nacional. Sin embargo, en la práctica esta previsión se ha mostrado demasiado rígida, especialmente en comunidades con una situación interna delicada como Cataluña y la Comunidad Valenciana.
En Cataluña, el congreso regional lleva casi tres años de retraso y en la Comunidad Valenciana, que debería celebrar el suyo este verano, todo indica que se postergará al menos hasta 2026. La nueva norma permitiría adaptar los tiempos según la coyuntura política y evitar así crisis internas o precipitaciones innecesarias.
El modelo de primarias: hacia una democracia representativa
Otro de los debates de fondo del congreso será la reforma del sistema de primarias que introdujo Mariano Rajoy en 2017. Actualmente, los militantes votan en una primera vuelta, pero la decisión final recae sobre los compromisarios elegidos, lo que permite, como sucedió en 2018, que estos puedan contradecir la voluntad mayoritaria de las bases.
Feijóo ya mostró su voluntad en 2022 de reformar este modelo. En esa línea, Sirera se inclinó por una democracia representativa, en la que los militantes elijan a los compromisarios, quienes a su vez elijan directamente al presidente entre todos los candidatos.
“La democracia representativa funciona y nadie la cuestiona en el Congreso de los Diputados. Yo voto a candidatos en Barcelona que luego eligen al presidente del Gobierno. Lo mismo puede aplicarse al partido”, defendió Sirera. Añadió que este modelo es “perfectamente democrático” y más eficiente para un partido de dimensión nacional.
Ayuso defiende ‘un militante, un voto’
Una de las voces disonantes respecto a este enfoque es la de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, que en una entrevista reciente apostó por un sistema más directo: ‘un militante, un voto’. Pese a ello, Sirera restó importancia a las diferencias internas y aseguró que “hay mucha más unanimidad de lo que a veces se puede leer en los medios”.
“Todo el mundo coincide en que el sistema actual es complejo y genera confusión. La clave es garantizar que la militancia sienta que su voz es respetada”, aseguró Sirera, descartando conflictos internos de cara al cónclave de julio.
Una reforma con proyección de futuro
Estos cambios son especialmente relevantes porque marcarán las reglas del juego para elegir al sucesor de Alberto Núñez Feijóo cuando llegue el momento. La decisión sobre el modelo de primarias y el calendario de congresos impactará tanto a nivel nacional como en las estructuras locales, ya que la nueva normativa se aplicará también en municipios y provincias.
Sirera concluyó confiando en que la nueva ponencia de estatutos logre el consenso de toda la militancia y afirmó que la propuesta final será entregada el próximo 18 de junio. El equipo redactor está formado, además de él mismo, por Fernando López Miras (Murcia), María Guardiola (Extremadura) y Gema Igual (Santander), quienes están escuchando aportaciones de todas las bases territoriales.
Con estas reformas, el PP busca modernizar su estructura orgánica y garantizar que los mecanismos internos se adapten al contexto político y respondan mejor a la voluntad de sus afiliados, en un momento de alta tensión política a nivel nacional.
