La Agrupación Deportiva Alcorcón afronta este viernes 17 de octubre (19:30 h) una cita clave en el Estadio Municipal de Santo Domingo. Los alfareros, terceros en la clasificación del Grupo 2 de Primera Federación con 12 puntos, se medirán al CE Sabadell, quinto con 11, en un duelo directo por la zona alta de la tabla.
El conjunto dirigido por Pablo Álvarez llega al encuentro en su mejor momento de la temporada, tras seis partidos consecutivos sin conocer la derrota y una épica victoria (1-2) en el campo del Nàstic de Tarragona que reafirmó el sólido arranque de los amarillos.
Un Alcorcón en racha y con confianza
Desde su tropiezo inicial ante el Villarreal B (1-0), el Alcorcón ha mantenido una trayectoria ascendente: tres victorias, tres empates y una sola derrota en siete jornadas. El equipo ha demostrado carácter, equilibrio defensivo y pegada en los momentos decisivos, lo que le ha permitido ser el mejor conjunto madrileño de toda la categoría.
“Estamos en un gran momento, pero sabemos que cada partido es una batalla y que el Sabadell nos exigirá nuestro mejor nivel”, afirmó el técnico Pablo Álvarez en la rueda de prensa previa al choque.
El entrenador confirmó que toda la plantilla estará disponible, incluido Rafa, que vuelve tras lesión, aunque reconoció que la semana de entrenamientos ha sido complicada por un brote vírico que afectó a varios jugadores. “Llegamos algo mermados, pero preparados para competir bien”, añadió.
El rival: un Sabadell invicto y difícil de batir
El CE Sabadell, recién ascendido, se ha convertido en una de las grandes revelaciones del grupo. El conjunto catalán acumula trece partidos consecutivos sin perder en liga, y es uno de los dos únicos equipos invictos junto al Tenerife.
“El Sabadell es un auténtico equipazo, con un modelo de juego muy definido y un ritmo de piernas impresionante. Es un rival que te lleva al límite”, subrayó Álvarez.
Los arlequinados destacan por su solidez defensiva: solo han encajado tres goles en siete jornadas y suman cuatro porterías a cero consecutivas, aunque también les ha costado marcar (solo un gol en los últimos cuatro partidos).
Borja Martínez y Gaiska, símbolos del compromiso
El entrenador alfarero quiso destacar el papel decisivo de Borja Martínez, autor del gol de la victoria ante el Nàstic en el minuto 100: “Borja salió con una actitud tremenda. Es una muestra del compromiso de toda la plantilla; aquí todos están preparados para sumar desde donde haga falta”, afirmó.
También elogió el momento de forma del portero Gaiska, al que calificó como “uno de los líderes del vestuario y un seguro bajo palos”.
Santo Domingo, el fortín alfarero
El técnico apeló a la afición de Santo Domingo para que vuelva a ser “el jugador número doce” en un partido que considera de “máxima igualdad”.
“Quiero que Santo Domingo ruja. Los entrenadores rivales reconocen lo difícil que es jugar aquí, y eso habla del respeto que se ha ganado el equipo. Necesitamos el aliento de la gente, porque en esta categoría tan igualada, su apoyo marca la diferencia”, subrayó Álvarez.
Un partido de estilos y estrategias
Álvarez anticipa un duelo tácticamente rico entre dos equipos “camaleónicos, capaces de adaptarse a los distintos momentos del juego”. El Alcorcón, que ha alternado posesiones largas con ataques directos, buscará romper la presión alta del Sabadell con balones filtrados y salidas rápidas desde la defensa, una fórmula que ya dio resultado en el último encuentro.
“Será un partido de momentos, de detalles, y lo ganará el que sepa interpretar mejor cada situación”, explicó el entrenador alfarero.
Un test de nivel para confirmar aspiraciones
Con su racha invicta y la moral en alza, el Alcorcón afronta el duelo ante el Sabadell con la ambición de consolidarse entre los candidatos al ascenso. Una victoria permitiría a los alfareros dormir líderes provisionales y refrendar su progresión firme en este inicio de curso.
“Estamos haciendo las cosas bien y este grupo tiene hambre. Queremos seguir creciendo partido a partido”, sentenció Pablo Álvarez, convencido de que el Santo Domingo volverá a ser un bastión clave para el equipo.