Sánchez responde con ataques al PP y gritos de "dimisión" mientras Feijóo tantea una moción de censura
Sánchez se defiende de la presión por la trama Cerdán atacando al PP, mientras Feijóo plantea una moción de censura y apela a sus socios
En una de las sesiones de control más tensas de los últimos años, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se escudó en los escándalos de corrupción del Partido Popular para esquivar las acusaciones por la presunta implicación de su entorno en el caso Cerdán, mientras el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pidió a los socios parlamentarios del PSOE que valoren una moción de censura.
En un pleno bronco y crispado, marcado por los gritos de “dimisión” desde la bancada popular y por la intervención de la presidenta del Congreso, Francina Armengol, para contener los ánimos, Sánchez insistió en que “no habrá adelanto electoral” y cargó duramente contra el PP, al que tildó de ser “una enciclopedia de corrupción con capítulos autonómicos”.
Feijóo acusa a Sánchez de liderar una “manada corrupta”
El jefe de la oposición no escatimó en calificativos para dirigirse al presidente. Afirmó que Sánchez está “profundamente atrapado en una trama de corrupción” y que no puede hacerse pasar por víctima, ya que fue advertido “hace meses” sobre la implicación de Cerdán.
“Usted no es el cordero degollado, sino el lobo que ha liderado esta manada corrupta”, lanzó Feijóo, provocando una ovación de su grupo y el inicio de los cánticos de “dimisión”.
Feijóo acusó al presidente de haber “maquillado” la situación política y le retó:
“La única carta que esperan los españoles es su carta de dimisión. ¿Piensa redactarla?”
Sánchez contraataca con los casos del PP y defiende su gestión
Desde el atril, Pedro Sánchez replicó con una ofensiva verbal dirigida a la bancada del PP, advirtiendo de que “el único adelanto que habrá este verano serán las sentencias judiciales que afectan al PP”. Reiteró que el PSOE ha actuado “con contundencia” en el caso Cerdán y aseguró que su Gobierno no tolera la corrupción.
Aunque tuvo un lapsus al decir que “la tolerancia contra la corrupción es absoluta” en el PSOE, rápidamente rectificó y acusó a Feijóo de haber expulsado a quienes denunciaban irregularidades, en referencia a Pablo Casado y el caso de las comisiones cobradas por el hermano de Isabel Díaz Ayuso durante la pandemia, un asunto ya archivado por la Justicia.
“Por mucho fango que ustedes metan, esto no va a opacar el extraordinario momento económico y social que atraviesa España”, concluyó.
Tensión en la Cámara y advertencia sobre una posible moción
Ante la acusación del propio Sánchez de que el PP no se atrevería a presentar una moción de censura, Feijóo recogió el guante y replicó que no le faltan ganas, sino “cuatro votos”. Acto seguido, apeló directamente a los socios del Gobierno —PNV, Junts, ERC y BNG— para que reconsideren su apoyo.
“Ábalos fue el principio, pero Cerdán no será el final. Ahora sus socios tienen que elegir si quieren seguir formando parte de esta trama”, sentenció.
Sánchez ironizó con que Feijóo “no es presidente porque no quiere, no porque no pueda”, y sostuvo que su negativa a presentar una moción es porque no tiene apoyos, no por estrategia.
El PSOE se cierra en filas, el PP alza la voz
La tensión fue tal que Armengol tuvo que intervenir varias veces para llamar al orden, en especial tras los repetidos gritos de “dimisión” y ataques desde los escaños populares. Frente a ello, la bancada socialista se levantó para aplaudir a su líder, en una imagen de unidad en medio del escándalo.
Sánchez cerró su intervención con una lista de nombres de presidentes autonómicos del PP —Juanma Moreno, Carlos Mazón, Mañueco y Alfonso Rueda—, para reforzar su tesis de que el PP acumula causas de corrupción territorializadas.
“Si quieren dar lecciones, señores del Partido Popular, tienen mucho por delante”, zanjó, desatando la mayor bronca de la jornada.
La sesión dejó claro que la crisis política por la presunta corrupción que salpica al PSOE no ha terminado. Sánchez apuesta por la confrontación directa con el PP como cortafuegos, mientras Feijóo se posiciona como alternativa y tantea la vía de la moción de censura, dependiendo de lo que decidan los socios parlamentarios del Gobierno. La legislatura, de momento, se mantiene, pero la inestabilidad y el ruido parlamentario aumentan.