Desde la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa en 2018, la deuda de la Seguridad Social se ha disparado un 272%, pasando de 34.000 millones a 126.177 millones de euros en 2024, según datos del Banco de España. A pesar de los récords de recaudación por cotizaciones y las reformas implementadas, el sistema sigue en números rojos y depende de transferencias estatales extraordinarias, que han sumado 328.000 millones de euros desde 2018.
Un déficit estructural creciente
El balance de la Seguridad Social en los once primeros meses de 2024 muestra un saldo positivo de 4.555 millones de euros, con unos ingresos de 199.816 millones (+6,9%) frente a unos gastos de 195.261 millones (+7,5%). Sin embargo, esta aparente estabilidad se debe a las inyecciones de fondos del Estado, que han crecido a un ritmo vertiginoso para cubrir el déficit estructural del sistema.
A pesar del aumento de las cotizaciones sociales en 36.000 millones de euros desde 2018, el gasto en prestaciones sigue superando los ingresos. En 2024, el déficit entre ingresos y gastos alcanzó los 66.000 millones, un incremento del 11% respecto al año anterior.
El gasto en pensiones y subsidios, en ascenso constante
El gasto en pensiones contributivas ha crecido un 7,2% en 2024, alcanzando los 148.051 millones de euros, impulsado por tres factores clave:
- Incremento del número de pensionistas (+1,6%).
- Aumento de la pensión media (+5,3%).
- Revalorización general del 3,8% de las pensiones contributivas.
Además, el gasto en subsidios de incapacidad temporal se disparó un 15% en 2024, llegando a los 14.637 millones de euros, mientras que el Ingreso Mínimo Vital (IMV) y otras prestaciones no contributivas sumaron 5.128 millones, un 18,1% más que en 2023.
El impacto de la reforma de Escrivá
La reforma de las pensiones impulsada por José Luis Escrivá tenía como objetivo garantizar la sostenibilidad del sistema mediante el aumento de las cotizaciones y la vinculación de las pensiones al IPC. Sin embargo, no ha logrado cerrar el déficit estructural de la Seguridad Social.
Las cotizaciones solo cubren el gasto en pensiones durante nueve meses del año, lo que obliga al Estado a financiar los otros tres meses con transferencias y deuda. El patrimonio neto de la Seguridad Social es negativo en más de 350.000 millones de euros, lo que indica un fuerte desequilibrio entre ingresos y obligaciones futuras.
Un futuro incierto: más pensionistas y menos cotizantes
Según las proyecciones de la Comisión Europea, en 2050 habrá seis millones más de pensionistas en España, un incremento del 60% respecto a la actualidad. Sin embargo, el número de ocupados se mantendrá en niveles similares a los de 2025, lo que reducirá la ratio de cotizantes por pensionista a 1,4 (actualmente es de 2,1).
Este escenario augura mayores déficits en el futuro y una presión creciente sobre los jóvenes y trabajadores en activo, que tendrán que sostener un sistema cada vez más costoso con una base de contribuyentes menor.
¿Un problema sin solución?
El crecimiento descontrolado de la deuda de la Seguridad Social y su dependencia de transferencias estatales plantea serias dudas sobre la sostenibilidad del sistema en el medio y largo plazo. Mientras tanto, el Gobierno sigue apostando por aumentar el gasto social sin resolver el problema estructural del envejecimiento de la población y la falta de relevo generacional en el mercado laboral.
Con una deuda que crece 10.000 millones al año y unas perspectivas de empeoramiento, el futuro de la Seguridad Social española se presenta complicado y lleno de incertidumbres.